Con un público heterogéneo y en el marco de una presentación alejada de los criterios convencionales, inició ayer su primer ciclo lectivo la Facultad Libre de Rosario. Clowns, artistas, músicos, intelectuales, autoridades y "simples" interesados por el conocimiento estuvieron en el Teatro La Comedia, que sirvió de auditorio para la clase inaugural dictada por el reconocido sociólogo y actual director de la Biblioteca Nacional, Horacio González. "Bienvenidos a bordo a esta polifonía cultural", dijo a modo de salutación el director del proyecto educativo, Fernando Peirone. "Vamos a tratar de sacudirlos, de hacerlos pensar", adelantó Daniel Scarfó, secretario académico de la Facultad que cuenta con 1100 inscriptos anotados en materias no formales de las más variadas. El intendente Miguel Lifschitz, la subsecretaria de Educación de la Nación, Alejandra Birgin y la titular de la cartera educativa provincial, Adriana Cantero, dieron con su presencia, aval a este novedoso emprendimiento académico.

Pasaron seis meses de aquel lanzamiento en el Parque España, cuando se anunció la puesta en marcha de la iniciativa, basada en la exitosa experiencia generada años atrás por la Facultad Libre de Venado Tuerto. Desde octubre a la fecha 1100 personas se anotaron para cursar algunas de las materias y luego rendir los exámanes correspondientes.

Durante la semana, Rosario recibirá la visita de León Rozitchner, Tomás Abraham, Manuel Mora y Araujo y Christian Ferrer, responsables de las materias Política y subjetividad, Filosofía, Opinión pública y Tecnología, Cultura e Identidad, respectivamente. A partir del 24 de abril abrirán sus cátedras Diego Fischerman (Sobre la música); Daniel Scarfó (Educación Sentimental); Asociación MoveRSE (Responsabilidad Social Empresaria) Oscar del Barco (De Senectute) y Ricardo Forster (Política y Barbarie).

Ayer comenzaron las clases. Previo a ello, el acto de presentación. Al ingresar al teatro, lor organizadores repartían silbatos, cornetas, matracas. "Es para usarlos cuando no entiendan lo que dice el profesor o cuando quieran decir algo", explicaba un risueño clown.

El primero en hablar fue Peirone. Sostuvo que la palabra "gratitud" resumía sus sensaciones al iniciar formalmente la actividad académica. Habló de la experiencia que comenzaba como una búsqueda del conocimiento. Citó al propio González, resaltando la necesidad de relacionar filosofía, arte, ciencia y vida cotidiana. "Bienvenidos a bordo a esta polifonía cultural", fueron sus últimas palabras.

Luego, el secretario académico de la Facultad explicó cuál el objetivo central del emprendimiento educativo. "Tratar de sacurdir, de hacer pensar, servir de lugar de encuentro por una vida digna", resumió.

Desde el Ministerio de Educación de la Nación, Birgin ponderó la iniciativa, destacó la "mezcla de edades, modos de pensar y pertenencias" y elogió "la renovación en la agenda (temática)" de la Facultad.

Lifschitz, que llegó al teatro acompañado por gran parte de su gabinete, incluida la secretaria de Cultura, Chiqui González y el diputado nacional Hermes Binner, relacionó el proyecto que ayer dio su primer paso con "la Reforma Universitaria gestada en Córdoba en 1918 con cierta dosis de utopía. Esta Facultad, que no tiene limitaciones, trae una nueva visión".

Más tarde, el intendente vinculó la Facultad Libre con la experiencia de la Biblioteca Popular Constancio Vigil "que también fue pensada y diseñada desde abajo hacia arriba". Tras defender la autonomía que tendrá de la Facultad -en ese sentido comentó que junto a los impulsores del proyecto se pensó en hacerla municipal pero se buscó evitar esa dependencia administrativa- Lifschitz dijo no tener dudas que el proyecto será pronto "imitado en otras ciudades del país".

Precedido por el sonido de las matracas, cornetas y silbatos, Horacio González subió al escenario para inaugurar formalmente el ciclo lectivo con su cátedra "Literatura Argentina". Después de hacer una interpretación personal de la razón de ser de la Facultad, el prestigiso intelectual explicó parte de "Apología del matambre", de Esteban Echeverría. "Una obra que gira en torno a un tema que puede parecer banal como la carne, pero definitivamente no lo es", señaló.