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Así lo expresó Guillermo Ferraro, presidente del Banco Bisel quien informó que la venta de la entidad se concretará en julio y que los empleados "tienen garantizada su continuidad laboral".
› Por Guillermo Zysman
El presidente del Nuevo Banco Bisel, Guillermo Ferraro aseguró ayer que la continuidad laboral de los casi 1900 empleados que la entidad crediticia posee en todo el país "está garantizada" ante la inminente concreción de la operación de traspaso, se supone al Banco Macro que ofreció 830 millones para comprarlo. "La garantía está contemplada en el pliego que compraron los dos oferentes (además del Macro participa del proceso el Hipotecario). Por lo demás, no me consta que haya preocupación de los trabajadores ni del gremio con quienes hablo casi a diario", sostuvo en rueda de prensa ante una consulta de Rosario/12. El presidente del Bisel calculó que la adjudicación podría concretarse entre julio y agosto y destacó el patrimonio que tendrá el banco tras la capitalización a efectuarse "tras lo cual el Bisel quedará ubicado entre los principales bancos privados del país".
En ese sentido Ferraro remarcó que el patrimonio actual de la entidad que preside es de 133 millones de pesos, cifra que sumada a los eventuales 830 millones que aportaría "en efectivo el día del traspaso" el banquero Jorge Britos, si el Macro resulta el adjudicatario de la licitación, el Bisel tendrá casi mil millones de pesos de capital. "Es una cifra muy importante. Esto va a redundar en un beneficio para nuestros clientes por el respaldo financiero que tendrá el Banco y las oportunidades que se abren", indicó.
El directivo comentó que la definición del proceso licitatorio está en manos del comité de evaluación de ofertas, que integran tres funcionarios del Banco de la Nación Argentina que administra el Bisel a través de un fideicomiso y dos agentes del Ministerio de Economía. "Este comité tiene que resolver si llama a mejorar las ofertas (opción que casi no se tiene en cuenta por la magnitud de las propuestas presentadas que superaron holgadamente el mínimo exigido). Si no lo hace y no hay impugnaciones se efectúa la preadjudicación y el contrato que se firme se somete al análisis del Banco Central que en alrededor de 60 días se pronuncia", precisó para después estimar que de concretarse estos plazos "entre julio y agosto se concreta el traspaso".
Consultado por este diario por eventuales ajustes de personal y cierre de sucursales por la superposición de las estructuras a fusionarse, Ferraro sostuvo: "La garantía de estabilidad (por un año) para los trabajadores está contemplada en el propio pliego que compraron los oferentes que incluso extendieron ese plazo original. Por lo demás no me consta que haya preocupación entre los empleados ni en el gremio. Converso con ambos casi a diario y no me lo han transmitido en ningún momento".
El Bisel fue uno de los tres bancos junto al Suquía y al Bersa que abandonó el grupo francés Credit Agricole en plena crisis financiera pos devaluación a principios del 2002. Desde ese momento es administrado por el Banco Nación, cuyas autoridades en su momento la actual ministra de Economía, Felisa Micelli siempre dejaron en claro que la intención del banco oficial era vender el Bisel, entidad con fuerte presencia en la provincia de Santa Fe donde posee 84 de sus 157 sucursales mediante un proceso licitatorio.
A través de esa modalidad ya fueron vendidos el Nuevo Banco Suquía y el Bersa. El Banco de Entre Ríos fue comprado por el grupo patagónico Eskenazi que además controla en la región el Nuevo Banco de Santa Fe. El Suquía fue adquirido meses atrás por el Macro Bansud que ahora quiere quedarse con el Bisel.
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