El suministro de agua potable en la periferia, en Funes, Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez y Villa Gobernador Gálvez habrá de normalizarse a lo largo de la jornada, según las previsiones de Aguas Santafesinas SA. La bomba averiada el sábado estaría reparada hoy, según dijo ayer el gerente de Relaciones Institucionales de la prestadora, Guillermo Lanfranco, quien afirmó que mejorará el suministro.

La falla en una gran bomba extractora del río, una de las 17 que Assa posee en la ciudad, hizo que el caudal impulsado desde la planta potabilizadora de Arroyito mermara en un 15 por ciento. Ese desperfecto perjudicó a las zonas más alejadas de la planta. La falta de presión de agua, o su escasez lisa y llana se hicieron sentir en La Florida, en Nuevo Alberdi, Fisherton y barrios de la zona sur. "La falla ya se detectó y los operarios están abocados a su reparación, que estaría concluida mañana (por hoy). Habrá más presión en la zona norte y en todos los barrios en los que disminuyó el servicio", dijo el vocero en declaraciones a la prensa.

El malestar por la falta del elemental servicio se hizo sentir a lo largo del día en forma de mensajes de oyentes en las radios locales. El calor imperante desde el fin de semana agravó el panorama cuando la tendencia marca un incremento notable del consumo promedio. Para colmo, la empresa anunció que ayer comenzaron a regir las multas a usuarios que derrochen el recurso.

Assa puso en circulación trece cubas para abastecer las zonas afectadas durante la emergencia. Lanfranco explicó que las consecuencias de la falla "no debería haberse notado, pero estamos en una época de alta demanda. La Florida es uno de los barrios afectados porque el servicio allí está al límite, y este desperfecto complicó más la situación".

El funcionario atribuyó a "problemas estructurales que exceden a esta situación" en la zona norte, y planteó que "la única solución posible para mejorar ese área es la construcción de una planta que se iniciará este año".

En tanto, diez inspectores municipales empezaron a recorrer ayer comercios del centro de la ciudad para hacer cumplir la ordenanza sobre uso racional del agua que está vigente desde el año pasado, pero recién en 2012 preveía la imposición de sanciones económicas. Dentro de dos semanas, el procedimiento de control irá también por los consorcios de edificios. Así, se impondrá el uso de baldes y mangueras con sistemas de corte a la hora de lavar veredas y vehículos. Las multas previstas para quienes utilicen agua de manera irracional van desde 200 a 900 pesos.