La abogada Leyla Perazzo, ex jefa de la policía santafesina, declaró ayer como testigo en los tribunales federales de Paraná, en el marco de la causa que investiga el destino del hijo mellizo de Raquel Negro. Perazzo, quien se desempeñó en la Policía de Menores de Rosario entre 1976 y 1977, no aportó datos de mayor valía en esta causa, pero describió la forma en que se manejaban las fuerzas represivas. "Existían dos policías: una que cumplía las funciones tradicionales y otra policía fantasma, que operaba clandestinamente". "Esa policía -agregó- tenía subsumida al resto de la policía en un clima de terror, en un silencio de cementerio. Es más hubo miembros de la misma fuerza policial que fueron perseguidos por los grupos de tareas, y hasta desaparecidos. Recuerdo el caso de un muchacho policía que fue llevado a un centro clandestino de detención y torturado por un grupo de tareas".

Perazzo reconoció que tuvo "conocimiento que muchos niños que llegaban a la Policía de Menores venían de operativos en los que estaban involucrados presos políticos y que los padres podían ser desaparecidos (había otros que eran chicos de la calle)". Pero dijo que en los casos en los que le tocó intervenir, "los chicos eran retirados por los familiares, porque los derivaban al juzgado de Menores".

El abogado querellante Alvaro Baella explicó a Rosario/12 que "fue una declaración muy larga, en la que no aportó mayores datos sobre el hermano de Sabrina Gullino, aunque terminó diciendo cosas importantes sobre el funcionamiento de la Policía de Menores".

Perazzo recordó que había tres secciones: una femenina, otra masculina y una central. "Explico que trabajaba en la sección femenina y detalló cuáles eran sus funciones y la de las celadores", agregó el letrado.

Aclaró que no era directora de la Policía de Menores, sino una numeraria que tenía un cargo administrativo, que era abogada y que hacía guardias como cualquiera. Según Baella, Perazzo aseguró que "trabajó diez meses desde octubre de 1976 hasta agosto de 1977 y compartió tareas con Norma Ramos". La mujer era una celadora de la Policía de Menores de Rosario y su nombre fue mencionado por Oscar Kopaitich, quien en una entrevista con Rosario/12 la señaló como quien entregó el mellizo al ex agente de inteligencia del Ejército Paúl Alberto Navone, quien se suicidó en 2008.

Perazzo dijo también que "sospechaban que eran chicos procedentes de operativos con presos políticos" y remarcó que "se consignaba en los partes cuando los llevaban a Policía de Menores como proveniente del Destacamento de Inteligencia o a cargo del Batallón 121, pero dejó en claro que se refería a operativos en los que intervino el Ejército".

La ex jefa policial en tiempos de Jorge Obeid reconoció que se daban cuenta que los "chicos eran de operativos de presos políticos y los diferenciaba de los que venían por abandono de sus padres, porque los pibes tenían mejor educación, y porque venían totalmente aterrados. Consultada por personal que entregaba a los chicos Perazzo respondió que "quien realizaba operativos le avisaba a la comisaría del lugar y los chicos quedaban allí en guarda unas horas". Así cubrió el nexo entre las fuerzas policiales y del Ejército.

Perazzo confesó que "la Jefatura de Policía que era el centro neurálgico de lo que denomina la policía fantasma, y que esa estructura tenía al resto de la policía bajo un estado de terror y no podían decir absolutamente". Y recordó que allí se enteró también que "los enfrentamientos eran fraguados, que la mecánica de detener personas y que después aparezcan muertas fueron procedimientos podridos en enfrentamientos con presos políticos. Esto da la pauta del manejo que tenía la policía fantasma". "Feced operaba de noche. No entendía de papeles sino que mandaba en la policía fantasma o paralela".