Una persona murió y dos resultaron heridas durante una salidera bancaria con tiroteo en pleno centro de la ciudad, en Corrientes casi llegando a Córdoba, ayer a las 16, con la peatonal repleta de gente. Un empresario cordobés de 49 años, Miguel Aún, oriundo de Marcos Juárez y residente en Leones, salió de Transatlántica, en Mitre y Rioja, con una mochila negra en la que llevaba dinero. Se dirigía a buscar su auto al estacionamiento ubicado en la manzana de Córdoba y Corrientes, cuando dos jóvenes lo interceptaron desde una moto Enduro. Como el empresario --que concurre periódicamente a retirar dinero a Rosario, ya que es propietario de una tarjeta de crédito en Córdoba-- se resistió, el acompañante del vehículo le pegó un tiro en una pierna. El hombre, que iba acompañado por un custodio de la casa de cambios, intentó seguir caminando, y fue baleado en la otra pierna. Por los balazos, también resultó herida una mujer que caminaba por el lugar, El custodio disparó y provocó heridas en el conductor de la moto. Los jóvenes huyeron pero, en Alvear y Santa Fe, el que había sido alcanzado por una bala cayó muerto. Su nombre era Matías Doldan, de 23 años, y vivía en Cabín 9. Su cómplice dejó la moto tirada, corrió una cuadra y se tomó un ómnibus -con la mochila con dinero- en Santa Fe y Santiago. Anoche, la policía lo buscaba intensamente.

El episodio conmovió a la zona céntrica, en el horario de cierre de las actividades del viernes. Según contaron los testigos, Aún iba caminando con un bolso o mochila negra por Corrientes, acompañado por un custodio. Antes de llegar a la peatonal, dos jóvenes se lo arrebataron. El hombre se resistió y forcejeó. El custodio, un policía retirado, repelió el ataque. Media hora después, en la calle podía verse el charco de sangre, y a poco menos de un metro quedó tirada la vaina de una nueve milímetros.

Jonathan, un mantero que vende cds en la peatonal aprovechando el paro municipal, contó que Aún venía acompañado por otro, que estaba armado. Era personal contratado por Transatlántica para custodiar el tránsito del empresario hasta su auto, estacionado en la cochera ubicada en esa manzana. Iban por Corrientes, entre Rioja y Córdoba. Tras el arrebato, el que llevaba el maletín quedó tirado en el piso, mientras que el otro le disparó a los motociclistas. Ahí se dio un intercambio de disparos, que alcanzó también a una mujer que caminaba por allí. La mujer fue derivada al sanatorio Plaza, pero le dieron de alta ayer mismo a la tarde.

"Eran dos y dos. Los de la moto venían siguiendo a dos hombres que llevaban un maletín. El hombre que acompañaba al del maletín empezó a disparar y le pegó un tiro a una señora que parece que salía de la Bolsa", relató Jonathan, quien negó que el tiro que hirió a la mujer haya salido del arma de los ladrones.

Una pareja que esperaba el semáforo para cruzar por la peatonal Córdoba vio cuando el hombre y el ladrón forcejeaban por "el bolso" en medio de la calle. "Con el primer tiro pensamos que era una bomba de estruendo, pero enseguida escuchamos el segundo disparo y todos nos tiramos al suelo", relató la joven, que contó "más de cinco" disparos.

Otra de las manteras de la peatonal señaló que el hombre salía de una casa de cambios de calle Córdoba con el maletín. En realidad, Aún había salido de Transatlántica, en Mitre y Rioja. "Fue una batida", repetía la chica, que al contar que se escondió detrás de una de las paredes de la Bolsa de Comercio, durante el tiroteo, aseguró: "Tiraban a matar".

Aún es propietario de la empresa Talor Sociedad Colectiva, que tiene la tarjeta Marcos Juárez. La policía no pudo precisar la cantidad de dinero que llevaba en la mochila, ya que el hombre sufrió fractura expuesta en uno de los fémures y ayer no había podido declarar sobre lo ocurrido. Quedó internado en el Heca.

En tanto, los dos jóvenes que habían asaltado a Aún siguieron en la Enduro hasta Córdoba y Alvear, pero el conductor del vehículo cayó muerto. Su acompañante dejó la moto, y le gritó a una vecina que llamara a una ambulancia. Según testigos del hecho, el joven corrió una cuadra, siempre con la mochila a cuestas, y se tomó un colectivo en la esquina siguiente. La policía lo buscaba pero hasta anoche no había podido encontrarlo.