El combate de la trata de personas para explotación sexual está en la agenda pública desde que el caso Marita Verón mostró que no se trataba de una realidad lejana, sino de situaciones concretas a las que son sometidas miles de mujeres. La Municipalidad de Rosario cuenta con una ordenanza que regula la actividad de cabarets y whiskerías --existen seis locales de ese rubro habilitados para funcionar en la ciudad-- y ahora se propone una meta mayor: articular las acciones de distintos niveles del estado para ganar efectividad. "Venimos trabajando con las áreas de control en aquello que la Municipalidad sí puede hacer, pero hay que tener en cuenta que, en los lugares que no cuentan con ningún tipo de habilitación, la Dirección de Inspección no puede actuar sola ni de oficio, sino que debe dar participación a la policía provincial", puntualizó la directora del Instituto Municipal de la Mujer, Andrea Travaini. Para lograr mayor efectividad en el combate de la explotación sexual, el viernes 15 se reunirá por primera vez la Mesa Municipal de Trabajo contra la Trata de Mujeres, de acuerdo a una iniciativa que retoma una ordenanza de 2010, reflotada el último jueves por la concejala radical Daniela León.

"A partir de la preocupación de varias concejalas como María Eugenia Schmuck, Norma López y Daniela León, el Instituto propuso la convocatoria a la Mesa para hacer efectivas todas las herramientas que el Estado tiene en este ámbito", apuntó Travaini. Por eso, además de convocar a las distintas oficinas municipales, la Mesa estará integrada por el gobierno provincial, a través de los ministerios de Seguridad y Justicia, como así también los Centros de Asistencia Judicial. Y se convocará tanto a la justicia provincial como a la federal. "Una de las prioridades es elaborar un protocolo de actuación, para que esté consolidada la misma forma de actuar ante denuncias y situaciones de trata de personas", explicó Travaini.

La funcionaria tiene claro que, como plantea la investigadora Lydia Cacho, las redes de la mafia actúan con mayor rapidez y efectividad que las redes estatales destinadas a combatirla. "Hoy no tenemos una red funcionando contra la trata, y por eso nos proponemos arrancar con lo que sí podemos hacer, porque siempre hay cosas que se pueden hacer", plantea Travaini como una urgencia, en términos de combatir a "redes que están creadas para poner el ojo en las poblaciones vulnerables, y captar mujeres y niñas".

Al respecto, la Municipalidad recibió el año pasado la denuncia de dos adolescentes que habían sido capacitadas en los talleres sobre trata de mujeres del Instituto Municipal de la Mujer. Las dos se habían asustado porque notaron actitudes sospechosas de personas desconocidas. "Trabajamos en sistemas de alerta para que los y las jóvenes puedan detectar el peligro de caer en alguna de estas situaciones", subrayó Travaini.

Las ciudades de Rosario y Santa Fe son consideradas zonas de captación de mujeres, aunque existen lugares --como los locales cercanos a la Terminal de Omnibus Mariano Moreno-- donde se presume la explotación sexual. Las limitaciones del municipio para actuar de oficio en estas situaciones exponen la necesidad del trabajo conjunto entre distritos.

Sobre la ordenanza vigente, que derogó obligación de una libreta sanitaria para las alternadoras, Travaini indicó que se trabaja sobre la reglamentación. En aquella norma elaborada por la socialista Mariana Alonso, con la colaboración de edilas de otros bloques, se imponía el requisito de un contrato de trabajo. En general, hoy no estipula remuneración ni horario de trabajo. El Instituto a cargo de Travaini planifica que las alternadoras de los seis locales habilitados como cabarets y whiskerías en la ciudad --donde no puede ejercerse la prostitución de acuerdo con la ley de profilaxis-- deban concurrir al Instituto, que además de homologar el contrato de trabajo les informará sobre la legislación vigente, que la gran mayoría desconoce.