Jueves, 5 de julio de 2012 | Hoy
CIUDAD › LAS HERMANAS DE CAMINO CASTIGARON A UNO DE LOS QUE FUE ABSUELTO
Emanuel Suárez, uno de los jóvenes que resultó absuelto en diciembre pasado por el crimen del Pimpi deberá ser juzgado de nuevo. Las hermanas de la víctima lo golpearon cuando lo cruzaron en un pasillo de Tribunales al grito de "asesino".
Por Lorena Panzerini
La Cámara de Apelaciones en lo Penal modificó parte de la sentencia por el crimen de Roberto "Pimpi" Camino y hubo incidentes en Tribunales, entre los familiares de la víctima y Emanuel Suárez, uno de los jóvenes que resultó absuelto en diciembre pasado. La sala IV de la Cámara revocó la absolución de Suárez por el homicidio del ex líder de la barrabrava de Ñuls, perpetrado el 19 de marzo de 2010, y ordenó que otro tribunal dicte nueva sentencia. Además, igualaron las penas de René Ungaro y Carlos "Betito" Godoy, como coautores del hecho, y les dieron 11 años. En primera instancia, Suárez salió en libertad por "el beneficio de la duda", pero esa resolución fue apelada por la Fiscalía y la querella. Ayer, tras la lectura en la sala de audiencias del primer piso de Tribunales, las hermanas del Pimpi se abalanzaron contra Suárez, cuando salía de la sala. El muchacho quedó con el rostro ensangrentado y la ropa rota. "El lo entregó. Era la única forma que lo mataran a nuestro hermano. ¡Asesino!", gritaron las mujeres, mientras personal policial femenino intentaba separarlos. Suárez contestó con manotazos para que lo soltaran. "Asesino no soy. Estoy en la calle porque soy inocente", les contestó a los gritos, ante azorados abogados y personal judicial.
Luego de que en diciembre de 2011 el tribunal de Sentencia Nº 5 condenara a Ungaro a 17 años como autor del homicidio, y a Godoy como partícipe necesario, con 11 años; esas penas fueron apeladas tanto por la defensas de los tres imputados, como por la fiscalía y la querella. Como respuesta, el tribunal de Alzada resolvió equiparar las condenas de ambos acusados, con 11 años para cada uno, por hallarlos coautores del crimen del Pimpi, que murió tras recibir cinco disparos en la vereda del bar Ezeiza, de Zeballos y Servando Bayo, hace más de dos años. La resolución --leída en instancia oral y pública-- disminuyó en seis años la prisión de Ungaro.
En el mismo fallo, los camaristas Daniel Acosta, Rubén Jukic y Adolfo Prunotto Laborde --en abstención-- manifestaron su desacuerdo con la absolución de Suárez, quien estuvo acusado de vigilar los pasos de Pimpi durante la noche antes del crimen, y contactarse con los dos condenados por el homicidio, pero salió absuelto. "El argumento central por el que se absuelve a Suárez no constituye una derivación razonada de las probanzas colectadas. El fallo absolutorio reconoce las plurales comunicaciones verificadas la noche del hecho entre Suárez y Godoy"; y concluye que "Suárez no estuvo presente" en el recorrido de los otros dos acusados, a la salida del boliche; aunque hay testigos que hablan de tres personas dentro del Fiat Uno blanco con el que se fugaron los homicidas tras la balacera. Esa interpretación resultó "inconsistente" para los camaristas porque "las posibilidades de cooperación de Suárez --en el hecho--, no necesariamente presuponían su presencia".
En la sala de audiencia, el ambiente era tenso ante las miradas, gestos e insultos por lo bajo, entre los familiares de Pimpi y de los condenados. Al salir, el abogado querellante por la familia Caminos, Gabriel Navas, se manifestó disconforme con la rebaja en la pena de Ungaro, por lo que analizarán la vía recursiva. Sin embargo, dijo que es "un éxito" el hecho que el tribunal de Alzada ordene revisar la sentencia de absolución para Suárez. "Esto implica que se realice un sorteo entre los jueces de sentencia para que un nuevo tribunal evalúe las pruebas que ya fueron producidas. De ahí se sabrá si la absolución es correcta o si debe ser condenado. Nosotros entendemos que tuvo responsabilidad: conocía datos del arma, el camino que hicieron los acusados, en qué vehículos fueron", puntualizó. "Si no hubiera estado, no podría haber sabido todo eso", dijo.
La defensa de Suárez señaló que esa medida implicaría someter a su cliente a un "nuevo juicio por el mismo hecho". Con la misma idea que planteó el abogado querellante sobre la responsabilidad de Suárez, que será revisada, las hermanas del Pimpi esperaron a que saliera de la sala de audiencias y se le fueron encima. Dos de ellas lo tomaron por el cuello y comenzaron a darle golpes desesperados. La paliza duró unos instantes hasta que personal policial femenino se tiró encima de las mujeres para intentar separarlas del muchacho. Este quedó con la cara ensangrentada. Enojado por la situación lanzó improperios, mientras las mujeres le gritaban "asesino". Además, el muchacho dijo que antes de entrar a escuchar la lectura del fallo de la Alzada, le dijo al personal policial de la puerta que lo observaran a la salida, ante la posibilidad de agresiones. No obstante, salió solo.
De la investigación judicial se desprendió que esa noche los inculpados fueron a bailar a Bonita, en Santa Fe al 3300, pero antes pasaron por el bar donde estaba Pimpi. Pasadas las 4 salieron del boliche porque uno de sus amigos quedó detenido en la comisaría 6ª por una pelea dentro del local. Llegaron a la seccional con otros chicos y chicas, en dos autos. Suárez, supuestamente, "vigilaba" que Pimpi permaneciera en el bar Ezeiza, a bordo de su moto. Cerca de las 5 de la madrugada, Betito y Ungaro se fueron en el Fiat Uno. Antes de las seis, Ungaro llamó a las chicas que habían dejado en la estación de servicio cercana a la comisaría, con el otro auto, para que lo llevaran a su casa porque a Betito se le había pinchado una goma. Después buscaron a Godoy por otro lugar. Camino fue asesinado entre las 5.25 y las 5.30 de la madrugada. Para el tribunal tanto Ungaro como Godoy se "vanagloriarion" por el hecho públicamente.
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