Un motín en el Instituto de Rehabilitación de Adolescentes (IRAR) de Saavedra y Cullén, terminó ayer a la noche con la intervención de efectivos del Grupo de Operaciones Especiales Penitenciario, que tiró gases lacrimógenos en el sector C, donde había seis adolescentes amotinados. Según los primeros relatos, durante la tarde se produjo un entredicho entre los agentes del Servicio Penitenciario y algunos chicos de esa zona, o jaula. El reclamo derivó en una quema de colchones. Al no controlar la situación, las autoridades llamaron a la guardia externa y luego a los encargados de custodiar la Unidad Penitenciaria 3, de mayores. A última hora de ayer, la Coordinadora de Trabajo Carcelario obtuvo garantías de que los chicos no volverían al mismo lugar, que estaba inundado, lleno de humos y con restos de los gases lacrimógenos. "Es inevitable que una chispa haga estallar la situación, porque las condiciones son desesperantes", apuntó Carmen Maidagan, integrante de la CTC.

"Los chicos reclaman que el lugar es un desastre, porque eso es algo objetivo, que venimos denunciando desde hace tiempo", apuntó la militante de la ONG.

Según los relatos recogidos en el lugar, ante el primer conato, los agentes penitenciarios actuaron, pero sólo lograron exacerbar los ánimos de los internos. La intervención de acompañantes juveniles les hizo deponer la actitud a los adolescentes. Entonces, los penitenciarios se negaron a volver a entrar a esa zona, y adujeron falta de garantías. Esa medida volvió a encender el conflicto. Al mismo tiempo, se produjo otra situación en

el sector de ingreso, también con quema de colchones. En medio de las refriegas, empezaron a llegar familiares de los internos a la puerta del instituto de Saavedra

y Cullén, e incluso algunos pudieron entrar al Instituto. El conflicto se prolongó al menos hasta las 22, cuando los familiares y la CTC obtuvieron la promesa de un traslado de los chicos a otro sector, para que pasaran la noche sin mojarse, inhalar humo ni gases lacrimógenos.

Las denuncias de la CTC por las condiciones de detención en el IRAR han sido reiteradas, incluso, ante la Comisión Interamericana por los Derechos Humanos. En su informe del año pasado, la CTC subrayó las deficiencias del pretendido instituto de rehabilitación. "El IRAR, desde que se inauguró en el año 1999, demostró ser una institución no apta, desde lo edilicio, para el cumplimiento de la tutela de niños, a lo que

se suma la violación a los derechos básicos de los adolescentes que es constante, ya que el lugar carece de la higiene mínima requerida, hay escasas actividades, no se encuentra garantizado el acceso de todos a la escuela", dice el informe.

La presentación de la Coordinadora agrega también que "son constantes los hechos de violencia hacia los jóvenes por parte del Servicio Penitenciario, o entre ellos, por existir graves problemas de convivencia, que no merecen intervención alguna por parte de las autoridades. También son constantes las denuncias, de torturas y apremios por parte de la policía al momento de ser detenidos, y que no derivan en investigación alguna por parte las autoridades políticas ni judiciales".