El dueño de una imprenta cuyo perro mordió a una clienta adentro del local céntrico deberá resarcir a la víctima con 7600 pesos, más intereses, que llevarían la suma a unos 12 mil pesos. El comerciante rosarino tenía al can para seguridad del negocio, pero el daño moral y psicológico generado por el ataque llevó a las juezas Paula Sansó, Mariana Varela y Susana Igarzábal a condenar al comerciante.

El 1º de julio de 2008, Natalia, que trabaja en el hospital de niños "Víctor J. Vilela", fue a retirar un talonario de facturas al local de Mitre al 1200. Cuando entró, el ovejero alemán pasó por debajo del mostrador, se abalanzó sobre la mujer y le mordió el antebrazo, el pie izquierdo y también en espalda. Cuando la víctima se queja con el propietario éste le respondió: "No es nada, que es un raspón". Además, en su descargo el hombre arguyó que el local estaba cerrado cuando entró la clienta. Según el fallo del Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual Nº 1, la víctima señaló que las empleadas de la imprenta le dijeron que más temprano el perro había mordido a otra mujer.

En su demanda, la víctima planteó que había sufrido daño psíquico con un cuadro de stress post﷓traumático. Tanto es así, que el perito psicólogo le recomendó tratamiento de al menos seis meses para superar el trauma. "Un animal por su naturaleza es susceptible de generar riesgos", dice la resolución. Además, la situación se agravó para el comerciante, ya que en el negocio no había ningún cartel que advirtiera sobre la presencia del perro, que tampoco tenía colocado bozal.