El archivo documental de los organismos de inteligencia durante la última dictadura corre serio riesgo de perderse. El material que está en la oficina de la fiscal federal Mabel Colalongo, está siendo afectado por el agua de las innumerables goteras que tiene el techo de esa oficina, y cuyo arreglo viene siendo largamente reclamado por la funcionaria al Procurador General. Parte de la mampostería ya se derrumbó y si bien fue arreglada con la colocación de una membrana, el "parche" terminó siendo peor: El agua escurre hacia abajo más que antes. Gran parte de la documental fue duplicada por Colalongo es una áspera disputa con el gobierno de Hermes Binner, ya que los originales estaban el Archivo Intermedio de la provincia. Los escritos, han servido para identificar a una importante cantidad de desaparecidos, y es el único sistematizado en manos de la justicia federal.

Los reclamos a la Procuración fueron hechos hace largos meses: hace dos, puntualmente arribaron a la dependencia federal cinco funcionarios porteños, entre ellos un arquitecto y un responsable administrativo, que constataron la necesidad de arreglos urgentes. Ya entonces parte de las estanterías que albergan la valiosa documental, estaban tapadas con nylon, y diarios que pretendían resguardarlas.

En aquel momento se dejó constancia ante la comitiva que se estaba afectando documentación fundamental. Sin embargo solo fue concretado un arreglo menor en un rincón del histórico edificio fue concretado.

En rigor, este no es el único problema en el edificio de los tribunales federales de bulevard Oroño al 900, en mayo al empresa de gas corto el suministro al detectar una fuga en un caño cercano a la caldera. Esto fue en el mes de mayo y durante ese mes y gran parte de junio, la calefacción solo fue en base a energía eléctrica: esto derivo es un sobreconsumo durante el mes de junio que terminó por hacer explotar el tendido de la señorial casa, afectando seriamente la central telefónica, lo que derivo finalmente en que entre otros, el despacho de Colalongo no tuviera teléfono hasta hace una semana. Allí la Procuración a cargo entonces de González Warcalde, decidió colocarle una línea con característica de Buenos Aires. Esto implica que cualquier ciudadano que pretenda hablar con la fiscalía deba marcar primero la característica 011.

La actitud de González Warcalde dista mucho del tratamiento que tuvo en su propio entorno, tarea en la que no ahorró gastos. El 10 de junio en el diario La Nación habló de "su breve pero hiperactiva gestión (tras la renuncia de Esteban Righi), ya que efectivizó a contratados; dio instrucciones a los fiscales que investigan la corrupción; aumentó sueldos; creó una nueva unidad fiscal; mandó a pulir los pisos y pintar las paredes del despacho del procurador; trasladó fiscales, y le dio nuevos cargos ﷓más altos, algunos con sueldos de camaristas﷓ a buena parte de su gente más cercana, que conservará esos cargos cuando él vuelva a su puesto original". Es decir, por estos días ya que fue designada Gils Carbó.

"Hice un poco de justicia interna. Desde la cúspide a veces se pierde la visión de totalidad. Yo soy un obrero de la Procuración", justificó González Warcalde en diálogo con a la prensa porteña.