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Lunes, 24 de septiembre de 2012

CIUDAD › UN ACCIDENTE LABORAL QUE ES COMO UN CRIMEN

Urgencias y descuidos

 Por Pablo Fornero

"Cuando no hay apuro, a los compañeros se los sanciona, pero cuando hay mucho apuro en terminar las obras, vos no encontrás a nadie de Seguridad, podés trabajar sin casco y sin guantes". Lo afirmó el secretario adjunto de la Uocra San Lorenzo Omar Pereyra. La muerte de un operario en la planta que la aceitera Renova levanta en la localidad de Timbúes pone nuevamente en consideración las falencias en materia de seguridad laboral de las empresas del Cordón Industrial. El sindicalista aseguró que las grandes firmas de la región invierten en prevención de accidentes, pero cuando los tiempos de trabajo se extienden más allá de lo pautado "no hay nadie que esté controlando". "No pueden ocurrir más desgracias absurdas, se podría hablar de hasta un crimen", consideró Pereyra.

Rubén Montenegro se llamaba el operario que falleció el jueves pasado en horas de la tarde. Trabajaba junto a un compañero, Manuel Calelo, que resultó herido, en una cinta transportadora cuando cayó en el interior de una trituradora de cereal. Alguien accionó una palanca para que la sierra sinfín se ponga en funcionamiento, por lo que desde la UOCRA acompañan la postura de comprender que la tragedia obedece a un "error humano". Pero también marcan que "alguien dijo que se accionara (la palanca). No creo que nadie vaya a matar a un compañero, sabiendo que la zona de accionamiento está encerrada con candado, alguien lo autorizó". Como el jueves fue un día de lluvia que complicó las tareas, el sindicato tenía conocimiento de que "prácticamente todo el personal" se había retirado.

Detrás del desgraciado hecho se esconde la urgencia de Renova por inaugurar la fábrica, publicitada como "la más grande de Sudamérica". El corte de cintas de la flamante planta había sido anunciado para el pasado mes de marzo, pero "las inclemencias del tiempo y falta de materiales" obligaron al retraso, contó Pereyra. "El obrero no tiene la culpa", apuntó el gremialista, quien dio cuenta de los 800 operarios que ultimaban trabajos en la fábrica al momento del accidente y recordó que al inicio de obras la cantidad de trabajadores era de 2.500.

Montenegro desempeñaba funciones para la contratista Allocco, empresa de Villa Gobernador Gálvez, desde hace unos quince años, por lo que conocía con experiencia la tarea a la que se sometía. "Tenía la seguridad", junto a Calelo, de que la trituradora no sería puesta en marcha hasta que no terminaran los ajustes. Pero de manera imprevista se accionó y le causó la muerte. A pesar de ser un empleado metalúrgico, la UOCRA intervino y declaró duelo hasta mañana, cuando los operarios regresarán a la fábrica. "Pedimos que se investigue hasta el final, se le pide a Prefectura, a la policía, a todos aquellos que tienen que investigar, porque más allá del error humano, creemos que fue falta de seguridad. Quisiera saber cómo no tomaron las precauciones necesarias, sin saber que adentro había gente trabajando", señaló Pereyra.

"Basta de apuro, que esto sirva como experiencia", postula el gremio de la construcción, que se encarga de recorrer "todas" las empresas agroexportadoras, "que son hoy por hoy las más grandes", como la de Renova. "Hacemos inspecciones de seguridad, hace menos de 90 días se hizo una en Renova", pero "no te va a dar para hacer todos los meses higiene y seguridad, cada tres o cuatro meses exigimos que se hagan controles", describió Pereyra, quien aseguró que la Provincia autorizó, en rueda de inspecciones, que la planta siguiera en obras.

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