CIUDAD › ACUSAN PERSECUCIóN Y UN PROCESO "DE DESGUACE" DE UN ESTABLECIMIENTO ESCOLAR
Docentes de la escuela Nº 1257, de Las Flores, denuncian que el Ministerio de Educación les elimina cargos a medida que pierden alumnos. Los chicos desertan para irse a trabajar, incluso al servicio de los narcos.
› Por Luis Bastús
Una escuela del barrio Las Flores perdió en el último lustro la mitad de sus alumnos. Sus docentes definen esa deserción como un síntoma de la descomposición social que atraviesa la población más vulnerable de esa zona del sur de la ciudad. Y denuncian que el Ministerio de Educación le da la espalda a la raíz del problema, que responsabiliza al personal y que ante la reducción de la matrícula sigue eliminando cargos que significan el cierre de grados. "A los padres no les interesa mandarlos a clase porque como soldaditos de un bunker de drogas ganan 150 pesos por día. Cuando el equipo socioeducativo informó eso, los echaron a todos", dijeron.
Las maestras de la escuela Nº 1257 Crucero ARA Gral Belgrano empezaron a amplificar la situación el viernes, al realizar un abrazo solidario al edificio de Clavel al 7200 y desatar un plan de lucha que seguirá esta mañana, con una presentación ante la delegación local de la cartera educativa para "defender las fuentes de trabajo ante la pérdida de once cargos en estos últimos cuatro años y otros cuatro más que prevén eliminar en estos días", advirtieron. En un documento elaborado durante la asamblea del viernes, analizaron que "el sostenimiento de los establecimientos escolares es insuficiente para enfretnar este desafío que se da cada vez con mayor crudeza. Sentimos que nos siguen soltando la mano".
Rita Montenegro tiene a su cargo las horas de Matemática en 6º y 7º grado, y es una de las delegadas de Amsafé en el establecimiento de Clavel al fondo, a metros de la autopista. Ella recordó que cuatro años atrás la Belgrano, como la conocen en el barrio, tenía entre 500 y 600 alumnos. "Hoy son unos 300 chicos", aseguró. "A medida que perdemos alumnos, nos siguen quitando cargos porque el Ministerio quiere grados de no menos de 20 chicos y no entiende que estos son especiales: muchos son hijos de consumidores de drogas, por lo que hay grandes dificultades de comprensión, retrasos madurativos, problemas de violencia, de abusos. Es imposible trabajar con grupos de más de 10 o 12 alumnos", expuso. Montenegro contó que para este año se eliminaron dos multigrados, tal el nombre de un espacio educativo en el que convivían alumnos grandes, preadolescentes, retrasados en la carrera escolar. "Como los cierran, esos chicos, algunos de 12 años, ahora querrán dejar de venir porque les da vergüenza compartir el 2º grado con nenes de 7 años. Este tipo de cosas es lo que el Ministerio desoye, y en lugar de eso nos hace responsables a los docentes de que los chicos se van de la escuela", señaló la maestra.
El personal de la Belgrano sostiene un conflicto con las autoridades desde 2010, cuando el Ministerio dispuso la intervención del establecimiento, con la desafectación de la directora y de su secretaria ante el descubrimiento de una serie de irregularidades administrativas.
"La realidad es que los chicos no vienen porque a los 9 años ya sirven para custodiar los kioscos de droga de acá, y los padres los mandan a eso, no les conviene ni les interesa mandarlos a la escuela porque ahí ganan $150 por día. Se prestan los hijos: un nene faltó seis meses porque una tía lo llevó a zona norte a pedir limosna en un supermercado. Tengo un alumno que de 8 a 6 de la mañana vende flores en Pellegrini: es obvio que nunca vendrá a clase. Ni la asignación universal por hijo les interesa, y el gobierno nacional no verifica si el chico concurre o no a clases. Mientras tanto, acá vienen a que les firmemos la libreta para poder cobrar y si le decimos que el nene hace dos meses que no viene, nos amenazan con hacernos boleta afuera", describió Montenegro. "Si denunciamos la cantidad de abusos sexuales y maltrato infantil que vemos, la policía dice que fuimos las maestras y entonces quedamos en peligro. Nadie nos protege, y encima nos culpan de la deserción", se quejó.
La delegada gremial reveló que los trabajadores del equipo socioeducativo asignado a la escuela detectaron esta lógica detrás de la deserción escolar a partir de visitar casa por casa y conocer más allá del perímetro escolar. "Cuando informaron esta situación al Ministerio, los despidieron", aseguraron.
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