CIUDAD › LIFSCHITZ Y BIELSA HABLARON DEL DESAFIO PARA LOS ARGENTINOS
No hubo estridencias pero sí rasgos distintivos en las intervenciones. Además hubo una presencia espontánea de la gente.
› Por Alicia Simeoni
Tranquilo, sin estridencias, con mucho menos público que en años anteriores por la falta del atractivo de la presencia del presidente Néstor Kirchner -a la que se sumó la ausencia del gobernador Jorge Obeid- el acto por el Día de la Bandera fue, sin embargo, un espacio para los concurrentes espontáneos interesados en la fecha y el homenaje, en el desfile militar, en el de una gran porción de la bandera a la que se conoce como la más larga del mundo, en la presencia de los veteranos de la guerra de Malvinas y en el paso de las agrupaciones gauchas y de centros tradicionalistas. Sin estrellas rutilantes en el palco oficial el intendente Miguel Lifschitz mostró como el desafío más importante de los argentinos, la necesidad de terminar "con la situación de exclusión social que se reproduce en la mayoría de las grandes ciudades"; la vicegobernadora María Eugenia Bielsa habló del proyecto nacional que debe contener "encuentros y desencuentros" y de que es necesario pensar cómo se llega al 2010, cuando en el bicentenario del primer gobierno nacional "tengamos una patria integrada, productiva, inclusiva y justa". A su turno el vicepresidente Daniel Scioli que encabezó el acto en representación del Presidente se refirió a la gestión del gobierno y marcó que "nunca se logró tanto en tan poco tiempo".
El acto comenzó a las 10.30 después de que Scioli y la ministra de Defensa, Nilda Garré, llegaron el helipuerto de la Prefectura Naval y como se preveía con mucha menos gente de que la se reunió alrededor del Parque Nacional a la Bandera en los últimos años, sobre todo cuando la onda K movió tanto público y militancia. En esas oportunidades el Presidente tuvo casi actos propios a partir de la relación especial que estableció con los asistentes entre abrazos, besos, "palomitas" que hicieron temblar a los encargados de la seguridad y las firmas estampadas en todo lo que se le alcanzara. En este 2006 faltó la presencia presidencial, también la del gobernador Obeid y la de otro hombre de la ciudad, el jefe de la bancada de diputados nacionales Agustín Rossi, además de la del ex gobernador Carlos Reutemann.
Así el jeep que pasó revista a las tropas estuvo ocupado por el vicepresidente Scioli, la vicegobernadora Bielsa -la primera vez que en la provincia una mujer fue autoridad ante las tropas- y Lifschitz junto al jefe del Estado Mayor del II Cuerpo de Ejército coronel Jorge Daura. Este hombre alto y delgado, de saltones ojos celestes vale sin duda un comentario aparte en la crónica de la jornada ya que bajo la mirada atenta de las autoridades del palco, en especial de la del jefe del Estado mayor del Ejército Roberto Bendini -que estuvo flanqueado por sus pares de la Armada, almirante Jorge Godoy y de la Fuerza Aérea Eduardo Schiaffino, y del comandante del II Cuerpo Gustavo Enrique Calvi- tomó el brevísimo juramento de las tropas a la bandera sin discurso ni arenga de por medio como se realizaba año tras año (ver página 2).
Desde la invocación religiosa, el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, comparó las naves del monumento con una invitación a transitar en este país para que el "esfuerzo se sume a la honestidad, los más grandes estén al servicio de los más pequeños, haya trabajo y justicia social y alcancemos una convivencia rica por su pluralidad y vivida en la unidad".
Lifschitz marcó que la convocatoria no fue mala. En realidad hubo presencia espontánea, de rosarinas y rosarinos que quisieron ver la jura de la bandera, el desfile, un segmento de 2.500 metros de la bandera más larga del mundo que se confecciona desde hace 8 años como parte del proyecto Alta en el Cielo y el pasar de los centros tradicionalistas. Podría decirse que los aditamentos estrictamente políticos estuvieron ausentes.
No hubo estridencias en los discursos ni grandes estrellas en el palco oficial, pero sí rasgos distintivos en las intervenciones: el intendente habló de la necesidad de que en la actuación política se puedo trabajar en equipo, por supuesto en el marco de las diferencias ideológicas y de sus expresiones partidarias y dedicó buena parte de su intervención a la necesidad de terminar con la exclusión social. "La situación de exclusión social que se produce en la mayoría de las grandes ciudades y en algunas regiones del interior en una dimensión sin antecedentes en la Argentina... constituye hoy nuestro desafío más importante", aseguró.
Bielsa arrancó algunos de los más fuertes aplausos cuando se explayó sobre la necesidad de "someter a debate el proyecto nacional al que le hemos puesto manos a la obra los argentinos". Después el vicepresidente Scioli decía: "Nunca los argentinos habíamos logrado tanto en tan poco tiempo". (ver aparte)
Lifschitz formuló a través del vicepresidente Scioli la invitación para que cuando en el 2007 se cumplan los 50 años de la inauguración del Monumento a la Bandera el Presidente presida la comisión honoraria que pensará las actividades por ese medio siglo.
Junto a Scioli y la ministra Garré estuvo el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Alberto Juan B. Iribarne, los senadores nacionales Roxana Latorre y Rubén Giustiniani. El diputado Hermes Binner estuvo en el palco y como lo hace todos los años bajó para llevar los paños que desfilaron del proyecto Alta en el Cielo.
Casi todo el parque fue celeste y blanco. Algunas banderas provinciales y otras argentinas con la cara del ex presidente Juan Domingo Perón y de Eva Perón y de una bandera nacional con la inscripción Kirchner-Binner rompieron la uniformidad y calma de los asistentes.
El paso del sector de Alta en el Cielo que portaron mujeres y hombres de Rosario, de distintos puntos del territorio santafesino y de otras provincias, también tuvo su momento de color. Frente al palco, ante Scioli y Garré, se levantó un cartel escrito sobre cartón firmado por los integrantes del Centro de Ex detenidos Políticos-Sobrevivientes de los Centros Clandestinos de Detención en el que se leyó: "Queremos un ejército como el de Belgrano, Savio y Mosconi. No como el de Videla, Galtieri, Viola y Bignone".
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