CIUDAD › PRIMER DESENLACE JUDICIAL DE LA COMPLEJA OPERACIóN FLIPPER
El juez federal Vera Barros procesó al empresario baigorrense y a 12 personas de su entorno por operar una estructura de fabricación y venta de cocaína, y de lavar el dinero de esos negocios que le depararon una súbita fortuna.
› Por Luis Bastús
El juez federal Carlos Vera Barros procesó ayer a Delfín David Zacarías y a otras doce personas de su entorno -esposa e hijos, entre ellas- como miembros de una organización dedicada a fabricar y vender cocaína, y a blanquear las ganancias de esas actividades en numerosas inversiones. A todos les confirmó la prisión preventiva, menos a tres, quienes aguardarán el juicio oral en libertad. En cambio, a un policía federal involucrado en la investigación lo separó de la acusación por falta de mérito.
El procesamiento resuelto ayer es el desenlace de los doce allanamientos que el 5 de setiembre realizó la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal en viviendas y comercios de Granadero Baigorria, Funes, Fray Luis Beltrán, Rosario, Timbúes y Buenos Aires. El epicentro de ese despliegue, bautizado "operación Flipper", fue un chalet alquilado de Las Achiras 2528, en el Country Profesional de Funes, donde la policía detuvo a Zacarías y a su esposa, Sandra Marín, cuando salían de la vivienda en la que se descubrió una cocina de pasta base. Allí se decomisaron 300 kilos de cocaína en panes, precursores químicos en cantidades industriales y elementos utilizados para fabricar el estupefaciente.
Vera Barros consideró tener pruebas suficientes para enviar a juicio a Zacarías por liderar una organización involucrada en "tenencia de elementos y materias primas para producir y fabricar estupefacientes", su "producción, fabricación y preparación", "tenencia con fines de comercialización", y agravantes como la participación de tres o más personas. Al cúmulo de cargos le agregó el de "administración y disimulación de bienes provenientes de las ganancias recibidas por el tráfico de estupefacientes con el fin de que éstos adquieran apariencia de origen lícito". En sencillo, esta imputación significa lavado de dinero narco.
El juez descargó la misma acusación para la esposa de Zacarías, para sus hijos Flavia y Joel, y para la ex pareja de éste, Ruth Castro. Flavia habría cumplido una función administrativa, a juzgar por los papeles y el dinero que se halló en su departamento de Rodríguez al 1000, en Rosario.
Néstor Fabián Fernández, encargado de la remisería Frecuencia Urbana, propiedad de Marín, y un allegado, Edgardo Radovani, quedaron procesados y presos por su rol de testaferros en la estructura de blanqueo de las utilidades del negocio ilegal. En condición similar, aunque excarcelados, quedaron la hermana de Delfín, Gloria Zacarías, y su esposo, Fernando Ermácora, a cuyos nombres figuran 25 cocheras en Mitre al 1200. Vera Barros también excarceló, pero procesó a un ex novio de Flavia, Gonzalo Jaime, como presunto partícipe de la organización. También enjuició y ratificó la prisión preventiva para los hermanos Hugo y Alfredo Silva, y su sobrino Javier Silva, como los proveedores de los precursores químicos.
El único beneficiado fue el suboficial de la Federal José Luis Dabat, involucrado en la investigación a partir de escuchas telefónicas. Vera Barros consideró finalmente que no había pruebas suficientes para sostener la incriminación. No lo sobreseyó, pero le dictó falta de mérito y lo excarceló.
Zacarías estaba blanqueado como dueño de la remisería Frecuencia Urbana, de Granadero Baigorria, y con ambiciosos desarrollos inmobiliarios como un mega gimnasio y al menos una torre de departamentos en San Lorenzo. Pero cayó en la mira de la Federal a partir del allanamiento a un bunker de Boedo y Ghiraldo. La encargada de ese narco quiosco, Olga Medina, había transferido un Chevrolet Spark a Zacarías, como pago de una aparente deuda. Empezaron a vigilarlo. A fines de agosto pescaron a Delfín en el trámite de comprar 2000 litros de acetona a la firma bonaerense Alconar, por intermedio de los Silva y a un precio de $340.000.
Los federales siguieron el 4 de setiembre a Zacarías hasta Don Torcuato, donde retiró el producto, y de regreso a Rosario. En una cochera de Eva Perón y Circunvalación, cambió de vehículo con su esposa, quien trasladó el precursor hasta la casa de Funes. Al día siguiente los aprehendieron en la operación Flipper, que mereció la visita del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
Zacarías había purgado hasta 2005 una condena por narcotráfico. En menos de un año acumuló alrededor de 40 inmuebles y alrededor de 30 vehículos. El mes pasado afirmó desde su reclusión en la Alcaidía de la UR II : "Me hicieron una cama, estoy preso en medio de una guerra política". Días más tarde, fue trasladado a la cárcel de Piñero ante el rumor barajado en el seno de la policía de que intentaría fugarse.
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