Habiendo superado ya el promedio de un asesinato por día en los primeros 30 del año, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, reconoció ayer que en Rosario impera "una situación de violencia muy fuerte", pero replicó que incrementó la presencia policial en los barrios, y que si el gobierno no hubiese hecho eso, el grado de violencia sería todavía peor. Y se apoyó en una singular mirada para exhibir la mitad llena del vaso: "Garantizamos hechos importantes. No hubo ningún homicidio durante los saqueos, ni hubo hechos lamentables mientras persistió el conflicto policial, ni tampoco durante la realización del rally Dakar", analizó. Para el final, adelantó la creación de un organismo dedicado a sacar armas de la población civil (ver aparte).

La ejecución por la espalda a un joven que robó en un negocio de barrio Tablada ayer de madrugada sumó el homicidio número 31 en lo que va de enero (ver página 4). Un par de horas más tarde, Lamberto participó junto a ministros del Ejecutivo y de la Corte en una recorrida por las nuevas instalaciones destinadas al nuevo sistema penal en Tribunales. El tropel de periodistas se le fue encima con la inquietud previsible: qué tenía para decir el responsable político de la seguridad en la provincia acerca de esta cantidad de crímenes que, proyectada a diciembre, amenaza con superar el récord de 264 asesinatos el año pasado en el departamento Rosario.

"Estamos viviendo una situación de violencia muy fuerte que está afectando a gente joven, a gente de los barrios", admitió. Pero enseguida advirtió que "hay que ver cada caso en particular" y aplicó el contexto de la teoría de los "crímenes interpersonales". Puntualizó Lamberto que la mayoría de los casos corresponden a "disputas entre vecinos, familiares, personas que se conocen entre sí, y en lugares vinculados a la venta de droga". Y remarcó, en cambio, que sí se garantizó la seguridad pública durante los días de preparativos y largadas del rally Dakar, durante la rebelión de la tropa policial y en las jornadas donde hubo tensión social y algunos saqueos en Villa Gobernador Gálvez y barrios como Tablada y Molino Blanco. "Hemos garantizado cuestiones importantes, incluso con presencia importante de efectivos de todas las provincias cuando se hizo un evento internacional como lo es el Dakar", reflexionó.

El coro de micrófonos y grabadores le recordó el asesinato del comerciante Jorge Massín, la semana pasada al ser asaltado en su maxiquiosco de barrio Martin, un crimen resonante y en ocasión de robo. Al respecto, el ministro respondió que esta clase de homicidios "son los menos".

Lamberto defendió dos medidas de gobierno que apuntan a incrementar la presencia de uniformados en la calle: el comienzo gradual de la Policía Comunitaria, en un barrio santafesino por ahora, y el operativo de "saturación" resuelto por la Unidad Regional II para poner más efectivos a patrullar en zonas donde la violencia callejera y el delito incide más. "Creo que la presencia continua de efectivos ayuda muchísimo. Hay una gran cantidad de policías que son confiables, que trabajan y creen en su función; y hay malos policías, contra quienes tomamos las sanciones que corresponden", dijo. Si su cartera no hubiera dado esos pasos, la escena en los barrios "estaría más complicada", agregó. "Todos sabemos que en situaciones de violencia es muy difícil determinar cuál es el límite. Se trabaja para modificarlo, lo enfrentamos. Haber puesto en marcha la Policía Comunitaria es una respuesta importante", consideró.

Hubo repregunta acerca de su confianza en la fuerza de seguridad santafesina. "Creo que la policía es más confiable hoy que en otros tiempos, mayoritariamente. Creo que la imagen debe ir modificándose, y eso es lo que intentamos hacer. La policía de hoy es bastante diferente a la que había tiempo atrás. Este es un barco que hay que reparar mientras navega. Es la policía que se tiene y hay que modificarla", planteó.