La Comisiones de Gobierno, Presupuesto y Obras Públicas del Concejo Municipal le dieron despacho al proyecto de Jorge Boasso (Bloque Radical) para implementar en la ciudad controles de "narcolemia" a conductores de vehículos. La iniciativa, que sería aprobada en la sesión de mañana, propone la creación del Programa de Prevención y Detección de Consumo de Estupefacientes que afecten a la capacidad de conducción segura de vehículos en la vía pública. El concejal explicó que el objetivo es "educar y concientizar acerca de los riesgos de conducir habiendo consumido drogas psicoactivas". Los controles se realizarán en forma simultánea con los de alcoholemia. El proyecto establece que en caso de detectarse alguna sustancia queda prohibida la remisión de cualquier información obrante a cualquier otro organismo público o privado para garantizar la confidencialidad y, según Boasso, "para que no se criminalice al conductor si no para que no conduzca en ese estado". De todos modos, desde el oficialismo plantearon que el proyecto queda planteado "para el momento en que se consigan equipos homologados por el INTI y a su calibración previa".

La iniciativa del concejal radical, que ayer obtuvo despacho en la Comisión de Gobierno, luego de haber pasado por las de Obras Públicas y Presupuesto, contó con el apoyo del Pro y el PPS y fue consensuado con el bloque socialista que sugirió algunas modificaciones que fueron incorporadas. El proyecto establece que la autoridad de aplicación del programa será la Agencia Municipal de Seguridad Vial, que deberá encargarse de elaborar un protocolo de actuación para prevenir y detectar el consumo de estupefacientes que afecten a la capacidad de conducción en la vía pública.

Respecto a la ejecución de los controles, la iniciativa propone la realización de dos controles de detección de drogas a los conductores de vehículos mediante instrumentos reglamentados por la Dirección Nacional de Comercio Interior y homologados por el INTI "u otros institutos y organismos autorizados".

Estos controles -explicó Boasso- se realizarán en conjunto con inspectores de tránsito en los operativos de alcoholemia. En los mismos, se efectuarán las pruebas en conductores mediante un dispositivo con reactivos que permite detectar drogas psicoactivas en la saliva, "fundamentalmente marihuana, cocaína, pero se pueden detectar metanfetaminas, morfina, éxtasis; es decir, drogas duras".

Los dispositivos usados para la detección de drogas se entregarán al conductor del vehículo y no podrán ser utilizados. "Este es el mejor ejemplo para que no se criminalice al conductor si no para que no conduzca es ese estado", precisó el edil. Según Boasso, en el caso de detectarse, se aplicarán las sanciones determinadas en el artículo 605, pero "queda prohibida la remisión de cualquier información obrante a cualquier otro organismo público o privado para garantizar la confidencialidad". Las multas van de 600 a 1940 pesos, además de la inhabilitación para conducir de 15 días a tres meses, similar a las que se aplican en los controles de alcoholemia.

Sobre las modificaciones realizadas a la propuesta original, el concejal Manuel Sciutto (PS) señaló que principalmente eran aquellas que apuntaban a la necesidad de contar con equipos homologados y a la calibración previa. "Al día de hoy, no hay ningún equipo que lo reúna, pero estamos atentos desde el Ejecutivo a la posibilidad de que cuando algún equipo reúna las condiciones reglamentarias para poder labrar actas se empiece a trabajar", precisó el edil socialista, quien además solicitó que se retirara del proyecto el artículo que establecía un período de prueba por 180 días.