CIUDAD › MOYANO PIDIó RENUNCIAS LUEGO DEL TIROTEO
Fuentes del sindicato compararon lo ocurrido con un golpe de
Estado orquestado por López (secretario gremial) en su presunto afán de desplazar a Dainotto y asumir la conducción del gremio.
Mientras el fiscal Adrián Spelta analizaba ayer las imágenes que captaron 14 videocámaras de la planta de Transener, en Pérez, sobre la balacera contra afiliados del Sindicato de Camioneros en la que murió un muchacho y otros cuatro quedaron heridos, Hugo Moyano, como titular de la Federación nacional del gremio, hacía comparecer en Buenos Aires al titular de la entidad provincial, Marcelo Dainotto, y al secretario gremial -y secretario general de la CGT Rosario Rubén López, a quien lo responsabilizó por la emboscada mortal. Aquí, fuentes del sindicato compararon lo ocurrido con un golpe de Estado orquestado por López en su presunto afán de desplazar a Dainotto y asumir la conducción de la institución que hoy registra unos 20 mil afiliados en la provincia. La sede gremial de Pasco al 1000 está tomada por este sector rebelado, y Dainotto pedirá hoy su desalojo. Este diario intentó en vano comunicarse con el dirigente aludido, que además es la máxima autoridad de la CGT Rosario.
Según voceros leales a Dainotto, la cita del sábado a las 12 era la Asamblea Anual Ordinaria del sindicato en el camping de las afueras de la ciudad de Pérez. Dainotto estaba por salir hacia allá cuando recibió el llamado del camarógrafo y el fotógrafo contratados para registrar las actividades de la institución: contaron que unos hombres les impidieron trabajar y les robaron sus equipos, antes de conminarlos a retirarse. Y añadieron que en el camping había "mucha gente desconocida".
Las fuentes contaron, además, que los que llegaron primero al predio bloquearon el acceso por el camino de ripio con camiones y con retenes de hombres en actitud hostil, como para evitar que arribaran otros afiliados que pudieran torcer el rumbo de la asamblea que habían previsto. Así fue como no pudo llegar el delegado del Ministerio de Trabajo, Julio Diez, figura indispensable para que la cita tuviera validez. Un portavoz del gremio dijo que a "algunos dirigentes sí los dejaron pasar para validar la asamblea y hacerlos firmar bajo presión el acta en el que decidieron una auditoría contable y la suspensión de Dainotto y (del tesorero, Miguel Angel) Caichiolo". "Escucharon perfectamente los balazos contra el colectivo, y se asustaron más todavía cuando en lugar de suspender la asamblea, apuraron todo para hacer lo que pensaban: los obligaron a levantar la mano, los seguían cuando iban al baño, y si alguno sacaba el celular aparecía uno y se le paraba al lado. Había gente desconocida", contó la fuente que pidió mantener su nombre en reserva.
El relato añade que primero llegó un ómnibus con afiliados de Rafaela, y que un grupo les impidió el paso y los hizo seguir de largo por la colectora de la autopista rumbo a Funes. Y atrás llegó un segundo colectivo, con camioneros vinculados a la distribución de una cervecera. "Estos muchachos no se llevan bien con la gente de López, pero igual se bajaron a ver qué pasaba, ni imaginaban lo que estaban armando allá en el camping", agregaron los consultados. Entre los que bajaron estaba Nicolás Savani, que cayó herido de muerte en medio de ráfagas de más de 50 disparos, según la cantidad de vainas servidas que la policía recogió en el lugar. Según el informe forense, a Savani le acertaron "un disparo en el cuello, una lesión a nivel medular en pulmón con taponamiento en torax, en zona hepática y esófago".
Desde el entorno de Dainotto afirman que los pistoleros eran matones contratados por el sector de López, con la intención de forzar el desplazamiento de la comisión actual y "quedarse con el gremio".
El fiscal Spelta anotó, además de los proyectiles, una pistola calibre 9 milímetros que apareció semi oculta dentro del predio. Y anoche revisaba las imágenes de las 14 videocámaras de la estación transformadora de Transener, que registraron "el ante, el durante y el después" de la emboscada. Con tal profusión de enfoques disponibles, en la fiscalía confiaban en poder reconstruir los sucesos.
Anoche en Buenos Aires, Dainotto, López y el resto de la conducción provincial estaban sentados ante el número uno de la Federación, Hugo Moyano. Contaron que el líder de la CGT Azopardo lo retó con duros términos a López y lo responsabilizó por el homicidio de Savani. También le revocó el cargo de tesorero en la Federación y pidió la renuncia de toda la comisión directiva. Pero Dainotto y sus leales se negaron a dimitir. Hoy denunciarán a López y pedirán el desalojo de la sede Rosario, en Pasco al 1000, que está tomada por quienes son considerados como insurrectos de la familia camionera.
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