Javier L., de 36 años, fue imputado por "amenazas coactivas y desobediencia", y deberá pasar 60 días en prisión preventiva, tras ejercer violencia de género contra su ex pareja. En los últimos cuatro años, el hombre maltrató a Sandra muchas veces: agresiones, abusos y encierros fueron habituales durante el año que estuvieron juntos, entre 2010 y 2011. Ni la decisión que tomó la joven de 24 años, de ponerle fin a la relación, alcanzó para cortar el maltrato. Según relató la fiscal Marisol Fabbro --que lleva adelante la causa contra el imputado-- en noviembre de 2011, él llevó a su pareja al río y comenzó a golpearla, tanto que le arrancó pelo hasta dejarle un hueco en la cabeza. Fue entonces cuando Sandra decidió irse. La mujer presentó no menos de 35 denuncias, pero él seguía hostigándola, pese a tener un horario de visitas con el hijo que tienen en común, hasta que le prohibieron verlo. En respuesta, él arremetía rompiéndole "en la cara" prohibiciones de acercamiento y agrediendo a familiares. El 5 de abril pasado --con una orden de restricción--, volvió a desobedecer a la Justicia de Familia. "Te voy a matar. Mostrame al nene y no me denuncies más", le gritó antes de rociar con nafta el paredón donde ella estaba asomada para pedirle que se fuera.

Tras recibir la denuncia, el Ministerio Público de la Acusación pidió la detención del acusado a Seguridad Personal de la URII. Es que no contento con haber amenazado a los gritos a su ex pareja, regresó dos días después y le pintó el paredón. "Escribió que me iba a prender fuego y que me iba a matar", relató la mujer ante la fiscal, pero lavó la pared por la "vergüenza" que le causó la amenaza, donde además la maldecía. Vecinos de la joven dijeron haber visto todo.

Ayer, en la audiencia oral y pública presidida por el juez Gonzalo López Quintana, la fiscal exhibió las más de 35 denuncias de Sandra contra el acusado, quien intentó descalificarla diciendo que ella ya tenía un hijo con otra persona. "La quiso mostrar como una cualquiera", se quejó Fabbro.

La funcionaria relató que el victimario llegó a obligar a la mujer a mantener relaciones íntimas, y la encerraba en su casa, excepto para ir a hacer mandados. Le prohibía visitar a su familia.

Tras el hecho frente al río, Sandra y su hijo se fueron a vivir con sus padres. El Colegiado de Familia N 3 intervino para regular el horario de visitas de dos días a la semana del padre con el niño, y estableció una cuota alimentaria. Los hostigamientos hacia Sandra no cesaron: su ex --quien cuenta con antecedentes condenatorios por delitos contra la propiedad-- llegó a golpear al padre y a la madre de la joven.

Hace diez días se presentó en su casa a las 3.15 de la madrugada exigiéndole ver al nene de tres años. "Queres que me vaya? Pero antes mirá lo que voy a hacer", dijo antes de volcar nafta, aunque Sandra no advirtió que tuviera un encendedor o un fósforo.

La fiscal solicitó la prisión preventiva por el peligro que representa la libertad del agresor para la mujer y sus hijos. "Luego del fallo Góngora (de 2013), de la Corte Suprema de Justicia de Nación, en los supuestos donde se constató una situación previa de sometimiento de la mujer, no se puede conceder ningún tipo de beneficio como una probation u otro criterio de oportunidad; solo se podría llegar a un juicio abreviado". Los delitos cometidos por Javier L. acarrean una pena de hasta cinco años de prisión.