La avanzada de fuerzas federales sobre los barrios rosarinos siguió ayer con pico y maza contra los bunkers de drogas que fueron allanados el miércoles pasado, pero esta vez ya no como acción exclusiva del gobierno provincial, sino por pedido y resolución del secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni. Y continuará en los días siguientes, como forma de "marcar presencia y seguimiento, y obturar la reactivación de esos puntos de venta hasta dejar en claro la recuperación del espacio público", tradujo el secretario de Seguridad Comunitaria provincial, Angel Ruani. Como dijo anteayer la ministra Cecilia Rodríguez, "una vez recuperada la paz en los barrios, fomentar políticas de integración e inclusión también vitales para que la seguridad sea perdurable".

Equipos de derribo coordinados por el subsecretario de Seguridad Comunitaria, Osvaldo Laffatigue, demolieron ayer tres piezas precarias que funcionaban como quioscos de estupefacientes y que habían sido allanados por Gendarmería y Prefectura: en 27 de Febrero y Circunvalación, Uruguay 8240 (donde los vecinos ya habían empezado por cuenta propia) y en Perú al 3300, todos en un mismo sector de la zona oeste. La provincia avanzó con la piqueta según la lista de los 67 narcoquioscos allanados la semana pasada. El plan coordinado con Nación es eliminar todos los bunkers posibles, esto es, aquellos que estén emplazados en terrenos fiscales y que no tengan moradores permanentes. Hay más de veinte en esta condición.

"Después del pedido de Berni al gobernador, lo planificamos el fin de semana, y hoy (por ayer) se derribaron tres lugares que habían sido allanados. Vamos a seguir, aunque no podremos con todos porque algunos son viviendas, pero eso será una definición política y judicial con los fiscales".

Con el visto bueno que dio Berni a "la política de la topadora", Ruani ayer revalidó esa práctica por la que había sido vituperado, entre otros, por su antecesor, el titular de la cátedra de Criminología de la UNR, Enrique Font. El actual secretario de Seguridad Comunitaria eludió revanchas, pero interpretó la señal de la Nación como "una reivindicación de la política que veníamos haciendo desde 2012 al derribar bunkers y con anuencia de la Justicia: porque no sólo se trata de perseguir a los grandes narcos; también está el narcomenudeo, el bunker, que a la gente le molesta, porque significa violencia constante, vivir mal", reiteró.

Según el responsable político de la seguridad en barrios, entre el gobernador Antonio Bonfatti, Berni, y la Justicia federal acordaron proseguir con el derribo de narcoquioscos, y en caso de que alguno resurja en el mismo lugar o cerca, que se lo allane enseguida, sin esperar a desarrollar una nueva investigación previa. "Marcar presencia, seguimiento de cerca, obturarles la iniciativa en cada lugar recuperado", resumió.

Algunos de los bunkers allanados el miércoles habían sido derribados en el verano por Seguridad Comunitaria, y sus responsables volvieron a instalarlos en el mismo lugar. Tal el caso del célebre aguantadero de Refinería, junto a las torres Dolfines, y otros en barrios Nuevo Alberdi y Las Palmeras. "No le dimos difusión para no mediatizar y dar argumento a quienes nos acusaban de montar un show", explicó.

Ruani observó que "desde la llegada de Gendarmería se ven menos motos a la noche, la típica de dos tipos en moto, con luces apagadas, eso bajó. La gente está más tranquila. Esto ha servido para poner algo de orden". De todos modos, el funcionario recordó que a las mismas fuerzas federales "les llevó dos años poder tranquilizar Fuerte Apache", en Buenos Aires.

A la buena sintonía demostrada entre Nación y provincia, ayer se sumaron más señales en esa dirección desde el kirchnerismo. La diputada nacional Claudia Giaccone valoró que "todas las fuerzas políticas apuntan hacia un mismo objetivo en esta gran lucha contra el narcotráfico". La legisladora por el Frente para la Victoria también invalidó la hipótesis de una virtual intervención federal a Santa Fe y corrigió: "A un pedido provincial inmediatamente se responde con presencia y con acción para trabajar en conjunto".

Sin embargo, Giaccone lamentó que "meses atrás, cuando el compañero (Agustín) Rossi hablaba del crecimiento del problema en el Gran Rosario, se lo criticaba como que lo suyo eran intentos de desestabilización política, y quedó demostrado que no era así, por eso valoramos el reconocimiento de la situación del gobierno de Antonio Bonfatti y la coordinación con Nación para trabajar en conjunto".