Un joven denunció que dos personas que dijeron haberse identificado como policías le quebraron la nariz de una patada y le cortaron la cabeza con un culatazo porque creyeron que estaba robando su propia camioneta. El hecho ocurrió el sábado, alrededor de las 22, cuando Erico Neironi Muñoz, de 34 años, dejó estacionado su utilitario Partner en calle Matheu, entre Rondeau y Agrelo. Al bajarse, dos personas que iban en un Ford Focus le cruzaron el auto y lo apuntaron con un arma. Atemorizado, el joven salió corriendo y allí se inició una persecusión que incluyó dos disparos y la brutal golpiza cuando el joven fue alcanzado por los agresores. Cuando Neironi pudo demostrar que el vehículo le pertenecía, los supuestos policías lo llevaron hasta el Hospital Alberdi. Al salir del efector, uno de los agresores le ofreció "arreglar las cosas", pero el joven decidió realizar la denuncia en la División Judiciales y ante el fiscal David Carizza.

El sábado, alrededor de las 22, Neironi estacionó su camioneta, con la que realiza fletes, por Matheu para juntarse con sus amigos en un kiosco ubicado al lado de una estación de servicio en Rondeau y Matheu. Según relató el joven a Rosario/12, "un auto particular, que unos segundos antes pasó por el costado preguntándome si estaba todo bien, se pone adelante y sale un muchacho que iba de acompañante con un arma pero nunca me dice que era policía y me dice que me quede quieto. Entonces salgo corriendo asustado para Agrelo, porque por Rondeau estaban ellos".

A la altura de los fondos del club Banco Nación, Neironi comenzó a gritar para que alguien lo ayudara. "Como me interceptan, decido salir corriendo para el lado de Vieytes con la intención de agarrar Rondeau para buscar gente. Ahí escucho dos tiros, creo que me tiran a las piernas, y me alcanzan en la esquina de Rondeau y Vieytes. Ahí se bajan los dos, un gordito que manejaba se me acerca y me dice que vaya al cantero del medio", describió el joven.

"Le pido por favor que no me hiciera nada, que me estaban confundiendo, y me da un culatazo. Cuando me arrodillo viene el otro y sin mediar nada me dio una patada en la nariz. Después me piden que me quede boca abajo, y cuando levanto la mirada veo que hay más gente de civil y un móvil de la seccional 10. Cuando me dicen que yo me estaba robando una chata, les pregunto si eran policías y les digo que la chata era mía", continuó Neironi.

Ante la revelación, uno de los agresores se subió al Focus, pegó la vuelta, y se encontró con el joven que ya estaba buscando sus papeles en la camioneta. "Cuando le muestro los papeles el tipo se quería morir y me ofrece llevarme en su auto hasta el hospital para que me curen. Durante el viaje, me decía que me había dicho que era policía, pero nunca me dijo que era policía, y que habían recibido un llamado que alguien se había metido en una camioneta. También me dejó sus datos, aunque habría que investigar si son verdaderos", explicó Neironi.

Los agresores escoltaron al joven caminando hasta la puerta del Hospital Alberdi pero no ingresaron con él. Neironi, ya acompañado por personas conocidas a quienes había llamado por temor a quedarse solo en el efector, estuvo dos horas en curaciones. Cuando salió, se encontró con uno de los agresores que lo estaba esperando junto a otra persona. "Me dice que quería arreglar las cosas, pero le digo que esto iba a llegar hasta las últimas consecuencias", señaló Neironi. "Al otro día me fui directamente a Jefatura y hoy (por ayer) hice la denuncia ante el fiscal Carizza. Estamos viviendo en una democracia y esto ya no tiene que pasar", agregó.

El abogado del joven, Rodrigo Torno, dijo a este diario que desde la Fiscalía iban a tomar una serie de medidas, entre ellas pedir los videos de las cámaras de vigilancia del Hospital Alberdi y de otros lugares cercanos a donde ocurrió el hecho para poder identificar a los agresores y también el vehículo en el que se movilizaban.