Más de veinte familias que habitan junto a la vía ferroviaria de la empresa Belgrano Cargas, en el barrio San Francisquito, temen el desalojo que un juez decretó para cumplirse mañana, lo que las dejaría en la calle. La defensora provincial de Niños, Niñas y Adolescentes, Analía Colombo, pidió ayer en el juzgado, a cargo de Alberto Bonino, que suspenda la medida. Hoy será una jornada clave para el destino de los moradores de ese asentamiento precario, muchos de los cuales son originarios de Perú y que pagaron de buena fe por esas parcelas donde edificaron sus hogares.

El tiempo empezó a correr en contra de estas familias enclavadas, algunas en casillas de chapas y maderas, otras en viviendas precarias pero de mampostería, en 2009, cuando la empresa de transporte ferroviario entabló un juicio de desalojo contra una decena de familias que viven a la vera de los rieles, entre Cafferata y San Nicolás. Salvador Vera, que se involucró en el conflicto desde la ONG Casa de Todos, contó que en aquel momento el juez Bonino le puso puntos suspensivos a la demanda de Belgrano Cargas con un planteo dirigido al Ejecutivo municipal y al Gobierno provincial para que dispongan la reubicación de las familias intimadas. "No hubo novedades al respecto, hasta hace dos meses cuando el juicio se reanudó", relató Vera.