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La Justicia ordenó 52 días de prisión preventiva para Pablo A., acusado del homicidio de Luis Angel Bassi, cometido el 22 de octubre pasado, alrededor de las 9.30, en la puerta de su remisería de Villa Gobernador Gálvez. Antes de que la jueza Roxana Bernardelli le diera ese plazo a la detención, el fiscal Florentino Malaponte, le imputó el delito de "homicidio doblemente calificado por alevosía y premeditación de dos o más personas (ya que se estima que fueron dos los atacantes), en concurso real con abuso y portación de arma de fuego". Por su parte, el joven de 22 años dijo no tener "nada que ver" con el hecho.

Malaponte acusó a Pablo A. de "haber dado muerte a Bassi con un arma 9 milímetros. Llegaron dos personas en un auto y Bassi tomaba mates en la puerta del local, con otro hombre, cuando efectuaron múltiples disparos a corta distancia". En la huída "efectuó más disparos (hubo al menos 12), subió al auto y escaparon del lugar". Según indicó el fiscal, tres testigos apuntaron directamente al joven, que según la fiscalía se apoda "Diablito"; pero ese dato fue negado por el abogado defensor, Marcos Cella, quien dijo que a su cliente le dicen "Mono".

En su descargo, el muchacho negó los hechos y dijo que es empleado de una panadería, por lo que se acuesta alrededor de las 4 de la madrugada y no se levanta antes de las 13. "No tengo nada que ver. Aquel día estaba con mis familiares. El día del allanamiento (que fue a las 6 de la madrugada) no entendía nada y me despabilé recién cuando llegué al penal de Piñero", dijo.

Su abogado criticó el procedimiento en el que fue detenido el joven y también cuestionó el accionar policial. En ese sentido, habló de "parodia policial", por el informe de la Policía de Investigaciones (PDI) y aseguró que la fiscalía "compró pescado podrido policial". Cella consideró que "este chico tiene que estar en su casa, porque tanto él como su familia me aseguran que aquella mañana, luego de que Pablo se despertara, vieron juntos la noticia de la muerte de Bassi, en el noticiero. Lo quieren hacer quedar como un monstruo que tenía múltiples antecedentes, cuando solo tiene una causa por encubrimiento".

Si bien Cella pidió la nulidad del allanamiento en el que su cliente fue detenido, la jueza Bernadelli lo rechazó, ya que no advirtió que se hayan violado derechos constitucionales, durante el procedimiento.