CIUDAD › KIRCHNER RESCATO LOS ACUERDOS CON PROVINCIA Y MUNICIPIO
El Presidente destacó el papel del Estado "solidario" en la inauguración de viviendas populares. Recordó que "la Municipalidad de Rosario" también tiene superpoderes. El protagonismo de Lifschitz y las reivindicaciones de Obeid.
› Por Alicia Simeoni
El presidente Néstor Kirchner reclamó ayer desde Rosario la aprobación de la ley de administración financiera por el Congreso Nacional, fustigó a los "pícaros" que hablan de superpoderes y a quienes "lo atacan y lo agravian" y relacionó directamente a la ley con su posibilidad de reasignar partidas para Rosario y la región con lo que se harían los trabajos de la costanera y dos tramos de la ruta nacional Nº 9. Las críticas dirigidas a la oposición, pero en especial parecieron para el Partido Socialista, dejaron afuera al intendente Miguel Lifschitz con quien compartió la primera línea del escenario. El acto de ayer sirvió también para que el gobernador Jorge Obeid remarcara la gestión de Kirchner. También trajo consigo la presencia del ex canciller Rafael Bielsa y la del jefe de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, sobre quienes no se expresó sobre el espaldarazo para la candidatura a gobernador por Santa Fe para las elecciones de 2007. Todo ocurrió en el marco de la entrega de 232 viviendas del Programa Hábitat, ubicado en avenida Provincias Unidas al 3400, donde se radicaron vecinos que vivían en Molino Blanco. El intendente Miguel Lifschitz planteó que en ocho años pueden erradicarse las villas y asentamientos en Rosario, brindando oportunidades a todos los ciudadanos por igual.
Kirchner pronunció un discurso sin medias tintas donde hubo castigos que se pueden leer como destinados al Frente Cívico y Social -por los llamados superpoderes en juego- y por otro lado preservó la relación con una pata socialista, la del intendente Lifschitz. Junto a ellos en la primera línea del escenario estuvo junto a Obeid, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
El Presidente recordó cuando con el gobernador Obeid y el intendente Lifschitz habían conversado sobre la manera de "erradicar la marginación que generó las décadas de aplicación de políticas neoliberales". Y sobre la inauguración de las 232 viviendas señaló que "ésta es la forma en la que debe trabajar el Estado, en forma solidaria y conjunta". Después fustigó a quienes todos los días se levantan "para ver cómo pueden salir en un micrófono y poner trabas". Sin dar nombres ni apellidos, pero con tanta presencia de funcionarios y concejales socialistas la afirmación quedó picando.
Entonces entró muy fuerte con la ley de administración financiera que ayer por la tarde se trató en el Congreso Nacional. "Algunos pícaros la llaman de superpoderes", dijo y señaló que la tienen "todos los gobiernos provinciales y muchos municipales, incluida esta Municipalidad de Rosario. Y a mí, que estoy necesitando los instrumentos para poder gobernar y llevar a la Argentina adelante, me traban".
Después relacionó la existencia de la ley con la posibilidad de reasignar partidas para hacer "la costanera de Rosario, una obra de 30 millones de pesos que tenemos parada porque no podemos hacer la adecuación necesaria y también vamos a poder concretar los dos tramos de la ruta Nº 9 que demandará 200 millones de pesos". Hubo aplausos desde las tribunas y desde el escenario asentimientos por parte del gobernador Obeid y también batir de manos de parte de los diputados Rafael Bielsa y Agustín Rossi. Al lado de ellos, en la segunda fila del escenario, Hermes Binner se mantuvo inmutable cuando un rato antes del comienzo del acto había adelantado que votaría en contra de la ley que pedía el Presidente.
"No importa que ataquen, no importa que agravien, yo pongo el pecho y el corazón si eso sirve para que la Argentina crezca", dijo con algo de dramatismo. Más contemporizador, por lo menos con la figura del intendente y con la del gobernador, Kirchner dijo que venía a trabajar con quien no es de su mismo signo partidario "pero sí de los que quieren que la Argentina vaya adelante, como lo quiere el gobernador".
Binner entró con la comitiva: Rossi, Bielsa, su hermana, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa, Obeid -que viajó especialmente a Buenos Aires ayer a la mañana para viajar en el avión pesidencial- y Kirchner. El Presidente ingresó como siempre, sonriente, despeinado, de sobrio traje gris oscuro, camisa blanca y corbata celeste con pequeños detalles. Una vez más renovó el ritual de tantos actos: saludó, tiró besos y se acomodó el pelo para el comienzo del encuentro formal.
La presencia de los posibles candidatos a gobernador por el Frente para la Victoria tuvieron un bajo perfil pero alto significado. Kirchner los trajo consigo (ver página 2) pero no opacaron el protagonismo de Lifschitz.
Justamente el intendente tuvo una intervención vehemente, de las que no es costumbre escucharle. Explicó que el conjunto de 232 viviendas que ayer se entregaron integran "un proyecto estratégico para la ciudad que tiene que ver con darle una oportunidad a las familias que tienen mayores necesidades y que merecen una oportunidad para encarar una nueva vida".
Después de recordar las consecuencias "trágicas" de varias décadas de políticas neoliberales que dejaron en la ciudad, "más de 100 asentamientos y más de 25 mil familias viviendo en condiciones de precariedad, de hacinamiento y de exclusión social" surgió la idea de una ciudad "sin villas miserias, sin asentamientos y con ciudadanos de primera donde todos los vecinos tuvieran una alternativa para tener una vivienda digna y las mismas posibilidades que el resto de los vecinos de la ciudad. Y por eso surgió el Rosario Hábitat".
Lifschitz explicó que en el proyecto hay un aporte importante del gobierno nacional con la financiación del BID. También dijo que con estas viviendas se concreta una primera etapa que abarcan aproximadamente a 7 mil familias. "Pero esto no es nada más que una tercera parte del problema y por eso tenemos la expectativa se seguir contando con el mismo apoyo". Para el intendente "tal vez en 8 o 10 años se pueda pensar en tener una ciudad distinta" con las mismas posibilidades y condiciones de vida. En ese punto aclaró que el objetivo era para todas las familias "de Rosario o que hayan venido de otras provincias".
El resto del discurso del intendente reafirmó el convencimiento de la ciudad y también el que tiene en el gobierno del presidente Néstor Kirchner "de dejar atrás definitivamente un tiempo de postergaciones, de frustraciones. Tenemos que dar respuesta a una deuda social que todavía tiene la Argentina con los sectores que más sufrieron las políticas de ajuste, la pobreza, la desocupación y que todavía esperan una oportunidad".
La intervención del gobernador Obeid, la primera durante el acto, fue para señalar los logros obtenidos por el gobierno nacional en los dos años y medios que lleva de gestión. "Es mucho lo que ya se hizo realidad", dijo y agregó: "Argentina cumple 42 meses consecutivos de crecimiento económico". Obeid señaló las obras que realizó y las que están en gestión con el gobierno nacional y los municipios que "han generado más de 250 mil puestos de trabajo genuino, ya que Santa Fe recibió en estos dos años 2.500 millones de dólares en inversión genuina".
Obeid levantó repetidas veces la gestión de Néstor Kirchner y dijo de Rosario que la ciudad es "la muestra concreta de lo que se puede hacer trabajando en conjunto el gobierno nacional, el provincial y el Estado municipal, sumando a los productores, empresarios, hombres de la industria". El gobernador no dejó lugar a dudas de por qué crece Rosario, entonces habló de lo que él llama "la cadena de valores" y dijo que "Rosario crece porque crece la provincia de Santa Fe y la provincia de Santa Fe crece porque crece el país".
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