Dos robos en dos días bastaron para ganar el hartazgo del personal del centro de salud público "Barrio Toba", ubicado a la altura de Rouillón al 4300, quienes decidieron cerrar las puertas del efector y pidieron mayor presencia policial en la zona. Los hechos ocurrieron los días miércoles y jueves y la medida, finalmente, se levantó en las últimas horas del anteayer luego de que el Municipio resolviera la incorporación de una agente de seguridad privada. En diálogo con Radio 2, el delegado del centro de salud, Walter Waner, contó que "el miércoles asaltaron a una médica en la parada de colectivos y ayer a una trabajadora administrativa". "Todos fueron con armas", añadió y reveló que a partir da salida de Gendarmería "se nota la falta de seguridad" y que "es la misma gente del barrio" la que comete los ilícitos. "Se dan dos hechos. Por una parte, la salida de Gendarmería se notó un montón porque habían bajado los robos y hechos de violencia. Y por otra parte, la falta de presencia policial", agregó Waner.

En la otra vereda, la subsecretaria de Salud del Municipio Gabriela Quintanilla explicó al portal de noticias Rosario 3 que luego de que la empleada sufriera el asalto, las autoridades del efector de salud decidieron acompañarla hasta la comisaría del barrio para efectuar la denuncia policial correspondiente. Por esa razón, cerraron las puertas. Según la funcionaria, el "Barrio Toba" solo permaneció cerrado al público en el turno tarde del jueves y que ayer reabrió con normalidad. Entre las medidas excepcionales que dispuso el Municipio, se sumó un agente de seguridad privada.