Si bien ya se había desvinculado de las denuncias formuladas por Héctor Cavallero sobre las supuestas irregularidades financieras en el Plan Rosario Hábitat, el gobernador Jorge Obeid reforzó esa postura a través de un contundente gesto político: se comunicó personalmente con el intendente Miguel Lifschitz para aclararle que "no tenía nada que ver" con las acusaciones del líder del Partido del Progreso Social, según confió ayer el propio jefe comunal. Días atrás, Lifschitz había sugerido que la maniobra del ex diputado nacional se definió tras reunirse en la Casa Gris con el gobernador. Ayer reconoció que la llamada del primer mandatario provincial sirvió para aclarar la situación, endilgando al Tigre la responsabilidad de lo denunciado. "Hace años que estamos en política y sabemos cómo es esto, pero Cavallero cruzó todos los límites. Espero que no sea el comienzo de una campaña sucia contra el socialismo", agregó.

El intendente valoró el gesto de Obeid. "Me llamó personalmente y me aclaró que si bien Cavallero es un funcionario provincial de su gobierno (está a cargo de la Casa de Santa Fe en la Capital Federal) él no tenía nada que ver con aquellas denuncias", relató Lifschitz a Radio Dos.

En rigor, Obeid ya se había desligado de su funcionario a mediados de semana cuando fue consultado en Rosario sobre su posición en torno a las supuestas anomalías denunciadas por Cavallero en la contratación de personal de planta del municipio como asesores del Plan Rosario Hábitat, programa financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y que prohíbe expresamente este tipo de contrataciones.

De todas formas, el llamado personal del gobernador fue percibido en el Palacio de los Leones como una "soltada de mano" de Obeid para con Cavallero. En el municipio habían sospechado que la Casa Gris había impulsado al ex intendente a criticar la gestión socialistas en el marco de una "campaña sucia" de cara a las elecciones del año próximo.

En ese sentido, consultado sobre la posibilidad de que efectivamente Cavallero sea el encargado de lanzar una "campaña sucia" contra el socialismo, Lifschitz se mostró mesurado. "Espero que no", dijo.

Sobre la denuncia en sí, ratificó que "fue un invento armado para intentar ensuciar esta gestión transparente, manoseando burdamente a un grupo de profesionales" y negó que "con la experiencia política que tiene Cavallero" se haya tratado de un error.

Lifschitz lamentó que una vez más el programa de erradicación de asentamientos irregulares haya sido blanco de críticas políticas, algo que ya ocurrió el año pasado en el Concejo Municipal "cuando hace unos días el presidente Kirchner vino a Rosario a inaugurar 232 viviendas del Rosario Hábitat de la zona oeste y destacó al plan como modelo de gestión habitacional entre municipio, provincia y Nación".

Por su parte, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa consideró que el cruce por las supuestas planillas del BID con pagos excesivos debe dirimirse en la Justicia y dijo que si Cavallero realizó esas acusaciones es porque "tendrá fundamentos".