CIUDAD › POLICíA ESPíNDOLA
› Por Lorena Panzerini
La Cámara Penal revocó la prisión domiciliaria del policía Pablo Espíndola, acusado de "encubrimiento agravado por ánimo de lucro y por su condición de funcionario policial", en el marco de la causa por el atentado a la casa del gobernador Antonio Bonfatti, de octubre de 2013 (foto). Al mismo tiempo, confirmó que el otro acusado del hecho, Emanuel "Ema Pimpi" Sandoval, permanezca preso en su casa. "En el caso de Espíndola, la domiciliaria es insuficiente por el extremadamente laxo control, la desproporcionada garantía (en comparación con las de Sandoval); y los graves elementos que lo involucran. Es mucho más fuerte el convencimiento del tribunal de que usted sea condenado (durante el juicio)", expresó el camarista Alfredo Ivaldi Artacho al dar a conocer su resolución dividida, tras el planteo de la Fiscalía para que ambos vuelvan a prisión efectiva, ya que están en arresto domiciliario desde diciembre pasado. El ex policía de la seccional 10ª, dijo que le plantaron el arma, pero el juez hizo referencia a que en el expediente que instruyó la jueza Alejandra Rodenas hay escuchas en las que se da cuenta de que el acusado estaba "ofreciendo" el arma calibre 11.25, una de las usadas para disparar contra la vivienda del mandatario provincial, a 4 mil pesos. "Mirá que es un fierro caliente", habría advertido el ahora imputado.
Luego de una audiencia de apelación que se extendió durante dos jornadas, y a casi tres meses de haber sido beneficiado con la prisión domiciliaria, ayer Espíndola debió regresar a la cárcel. El acusado tiene dos causas en trámite: una por el encubrimiento agravado del arma que se utilizó para atacar la casa de Darragueira y Gallo (con 13 disparos), la noche del 11 de octubre de 2013; y otra por la portación de la misma. "Se le encontró el arma a usted, y fue peritada con resultados positivos sobre su utilización en la casa del gobernador", le reprochó el magistrado. Por los delitos que le achacan, la pena va de los 3 a los 6 años de prisión. Ivaldi Artacho, consideró que la acusación es por "un hecho muy grave".
Más temprano, Espíndola pidió la palabra, luego de que su abogado, José Nanni, expresara los agravios de que vuelva a prisión, ya que lleva más de un año detenido y dijo que "jamás violó" lo dispuesto por la Justicia. "Trabajé durante siete años en la policía, sin problemas. Todo esto es un capricho. Soy un preso político, porque no le hice caso a mi jefe Ronald Cuñé (entonces comisario de la seccional 10ª con jurisdicción en la casa del gobernador). Yo trabajaba en la brigada de la seccional y tuve varios ofrecimientos para pasar a cobrar a los bunker y me negué. Además, tenía órdenes de Cuñé de que cuando cruce a Sandoval lo detenga esté o no cometiendo un delito. Me rehusé porque no entendía el por qué. Así sucedió esto: se me plantó un arma. Y todas las personas a las que yo detuve por los mismos delitos que estoy hoy acá, están en libertad", relató el imputado; quien además dijo haber sido golpeado por tres personas que ingresaron a su casa la noche del 1º de marzo pasado. "Mi suposición es que fue de parte de Cuñé", dijo.
Su abogado se quejó del pedido de la fiscal María Eugenia Iribarren porque "en la investigación de diez cuerpos hay escasa prueba. Hubo un derrotero de más de 25 nombres como posibles autores, cada fuerza que investigaba tiraba un nombre. Fue una cacería y nadie supo a ciencia cierta quiénes fueron los autores. Y terminó en lo más fácil. En todas las causas por encubrimiento de la provincia, no hay personas presas. El motivo y la teoría más fácil fue que la ciudadanía crea que tuvo que ver con su supuesta lucha contra el narcotráfico. Aquí se habló de encubrimiento político, complicidad policial, pero nada de eso se investigó", dijo. Sin embargo, el magistrado escuchó, en este caso, el planteo de la fiscalía, y revocó la domiciliaria del policía de 31 años. Mientras tanto, el joven de 24 años acusado por la presunto autoría material de hecho, por lo que fue procesado en noviembre pasado, seguirá con arresto domiciliario. "Sandoval, no me salga de su casa, no me pise una sola baldosa de la vereda", le recomendó el juez, tras confirmar su estado de detención.
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