"Son llamativos los repetidos robos al Banco Municipal". Así se expresó el concejal Diego Giuliano, presidente de la Comisión de Seguridad, frente al nuevo robo perpetrado contra el Banco Municipal de Rosario en su sede de Empalme Graneros 1,8 millón de pesos , luego del asalto del 14 de abril pasado en el que se sustrajeron 520 mil pesos de la oficina del Banco en la sede del Distrito Centro, la detonación el 23 de marzo de un cajero automático de la institución en Av. Eva Perón y Tarragona, y el intento del 8 de enero de este mismo año de violentar el cajero del banco en Villa Hortensia.

"Son cuatro hechos en lo que va del año -indicó Giuliano , una secuencia de robos contra el mismo banco que no tiene demasiados antecedentes en la ciudad. Esto debería replantear cuestiones referidas a las medidas de seguridad que se adoptan en cada sucursal, el monitoreo, las acciones concretas de prevención y desplegar una profunda investigación de lo sucedido en la institución municipal".

"Le pedimos a la Intendenta Mónica Fein que se ponga al frente de esta investigación y que convoque a las fuerzas de seguridad de la ciudad para conocer el plan de seguridad de Rosario y en especial, las medidas que habrán de tomarse para cortar con esta seguidilla de hechos delictivos contra el Banco Municipal, manifestó el edil.

Además Giuliano le requirió a la Intendenta que coordine con las autoridades de la institución un refuerzo en el diseño de la seguridad y efectúe un seguimiento de los hechos, brindando informes al Concejo Municipal de todo lo actuado. "Es llamativo el ensañamiento de los delincuentes contra el Banco Municipal", concluyó Giuliano.

En la semana, también en la comisión de Seguridad del Concejo Municipal, los ediles habían recibido a comerciantes de la zona céntrica que últimamente vienen siendo víctimas de delitos. Fundamentalmente, robos por los techos de los locales durante las noches y también los fines de semana. Cuando se los consultó acerca de las denuncias, manifestaron que no las habían hecho porque "no confiamos en la seccional segunda de policía", dijeron.

A partir de allí, desde la Jefatura policial les pidieron a los comerciantes que si no confiaban en los policías de esa comisaría, "que denuncien con nombre y apellido a qué agentes se refieren". El pedido del jefe policial Miguel Angel Oliva ni siquiera tuvo respuestas. Los comerciantes se preguntaban en qué mundo sería sencillo denunciar a un policía con nombre y apellido y no sufrir ninguna consecuencia.

La solución parcial al requerimiento de los negocios del centro, pasó por un refuerzo del patrullaje en la zona, con más efectivos, dos motos y la promesa de incorporar un "carrito" policial que recorra la peatonal Córdoba incluso en horarios en los que los comercios ya han bajado las persianas.

El concejal Giuliano ya había expresado sus dudas respecto a la secuencia de los delitos. "Es muy sospechoso que una semana tengamos cuatro o cinco entraderas seguidas en una zona y luego no haya más. A la semana siguiente se multiplican los robos en comercios del centro. Y así sucesivamente, son atacados restoranes o autoservicios y luego cesa esa modalidad. Y además se dan por zonas con lo cual es necesario pedirle explicaciones más profundas a la policía para qué de cuenta de qué tipo de controles hace, cómo trabaja en la prevención y cómo es que cada vez más gente ni siquiera hace la denuncia porque no tienen respuestas".