La jornada inaugural de la Convención Nacional del radicalismo, que deliberó ayer en Rosario, le permitió a la UCR santafesina y al Partido Socialista ratificar su alianza provincial en el marco del Frente Progresista Cívico y Social. Desde ambos partidos hubo gestos y señales inequívocos tendientes a reforzar la coalición nacida en el 2003 ﷓al menos con esta nueva denominación﷓. Los radicales de la provincia invitaron a la cúpula socialista a subirse al escenario con toda la pompa, bajo una cerrada ovación. Los dirigentes del PS retribuyeron tamaña gentileza con elogios hacia el centenario partido y con críticas al gobierno nacional, música para los oídos de los popes radicales que durante el fin de semana rosarino empezaran a tomar definitiva distancia del kirchnerismo.

El ingreso a la Sala Luz y Fuerza de los principales dirigentes del socialismo santafesino no pasó desapercibido. El debate recién arrancaba y se encontraba hablando el presidente de la Convención, el santafesino Adolfo Stubrin, quien interrumpió su discurso para permitir que los invitados se subieran al escenario. El intendente Miguel Lifschitz, los diputados nacionales Hermes Binner y Eduardo Di Pollina y el senador nacional Rubén Giustiniani fueron recibidos con un cerrado aplauso por la platea radical.

Antes de que hablara el presidente del Partido Socialista a nivel nacional, Stubrin cerró sus propias palabras. En franco tono opositor, el titular de la Convención cuestionó elípticamente a los radicales K por dejarse seducir por la Casa Rosada cada vez que aparecían fondos para sus distritos. Una ovación acompañó la afirmación de Stubrin. El intendente Lifschitz tragó saliva y también aplaudió, en un ejercicio de complicado equilibrio entre intereses partidarios y responsabilidad de gobierno.

"Queridos correligionarios", saludó Giustiniani al iniciar su discurso, tendiendo un puente con el colmado auditorio. "La Unión Cívica Radical y el Socialismo somos los únicos partidos centenarios de la Argentina", recordó para después agregar: "Nacimos a fines del siglo XIX combatiendo la política conservadora de aquellos años, promoviendo la participación de las masas, cuestionando el fraude, las prácticas oligárquicas. Tuvimos líderes gigantes como Juan B Justo, Palacios, Alem e Irigoyen que emprendieron una lucha basada en dos ejes fundamentales: la libertad y la igualdad en un país que empezaba a insertarse en el mundo pero con desigualdades".

"En la Argentina actual ﷓continuó el líder del PS﷓, en esta etapa de transición donde el Producto Bruto Interno crece a tasas asiáticas del 9 por ciento anual es cierto que bajó un poco la pobreza, es cierto que creció un poco la indigencia y también la desocupación . Pero a la vez, y lo dice el Indec, se amplió la brecha entre ricos y pobres. Por eso decimos que la agenda pendiente incluye en especial la lucha por la igualdad".

Según el senador nacional santafesino "no hay país progresista sin una reforma tributaria en serio, progresiva porque hoy los sectores populares a través del IVA son el motor de la economía pero no perciben sus beneficios. El punto clave a debatir en la Argentina es una mejor redistribución del ingreso". Giustiniani también aludió a la necesidad de que se sancione una ley de coparticipación federal justa para que intendentes y gobernadores no tengan que ir a mendigar recursos a Balcarce 50. Mencionó además lo imperioso de avanzar en una profunda reforma previsional y en una "reforma educativa en serio".

Para Giustiniani "no hay libertad sin participación, con concentración hegemónica del poder, con manejo discrecional de los fondos públicos, sin alternancia política". Luego transmitió el compromiso del socialismo de seguir "trabajando junto al radicalismo en el Congreso de la Nación en las legislaturas provinciales, en los concejos municipales por más igualdad y libertad como en el Frente Progresista Cívico y Social de Santa Fe".