Dom 27.08.2006
rosario

CIUDAD › DIGITALIZARON NEGATIVOS DE FOTOGRAFIAS TOMADAS POR LA POLICIA ENTRE 1976 Y 1983

Instantáneas del horror para ir a la verdad

Jóvenes con impactos de armas de fuego y rastros de golpes; frentes de casas baleadas; pertenencias secuestradas en operativos. Las fotos de la policía están en manos de la justicia y permiten identificar a desaparecidos.

› Por José Maggi

Por orden de la justicia federal, la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe ha digitalizado negativos fotográficos de la policía santafesina correspondientes al período 1976/1983. De este modo se logró identificar hasta el momento a varias víctimas de la última dictadura militar en Rosario, al cotejarse sus rostros con los recortes periodísticos y denuncias sobre desapariciones de personas. El material había sido incautado por la justicia federal en agosto de 2001 de la sección Fotografía de la UR II, que funcionaba en el segundo piso de la ex Jefatura, y cuya existencia había sido revelada por Rosario/12 .

El trabajo fue encargado por el juez federal subrogante Nº 3 Félix Angelini, a la Dirección Provincial para la Reconstrucción de la Memoria, cuya responsable es Susana Molinas. "El primer trabajo fue seleccionar los negativos que llegaban a los cinco mil, y había que seleccionar por años, para ver lo que podía servirnos. Ese fue un trabajo arduo, que dio lugar a la selección por épocas". Por su parte Lucas Avalos, quien cumplió un rol técnico explicó que "se hizo una selección de los negativos con las personas fallecidas entre el año '76 y el '83. A partir de allí pasamos los negativos a un scanner mejorar así la calidad, además de ponerles fecha y un orden. El paso siguiente fue cruzarlos con nuestra base de datos específicamente con las personas cuyos nombres figuraban en Rosario, y también chequear los datos con los diarios de la época. Y del cruce con los testimonios y relatos de compañeros y familiares de las víctimas pudimos arribar a varias hipótesis, algunas de ellas están casi cerradas, es decir tenemos el nombre de la víctima".

Según Molinas, en la tarea fue importante la ayuda del Equipo de Antropología Forense, con quienes "nos hemos sentado a trabajar sobre este material fotográfico, y paralelamente nos ofrecieron capacitación para mejorar este trabajo". De igual modo la funcionaria confesó que "se sintió muy impactada por este trabajo. Sobre todo la juventud de muchos de los chicos, la sensación de que esa persona no ha muerto de un tiro en ese lugar donde lo fotografiaron sino que parece un escenario armado. Todo eso nos ha impactado".

Molinas es hija del ex fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Ricardo Molinas, estuvo detenida en el año 1976 a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y militó en el grupo ARHISTA, cuyo objetivo era justamente la reconstrucción de la memoria histórica. Desde el 24 de abril es la titular de la Dirección provincial que persigue igual fin.

El trabajo, según confiesa Molinas, ha dejado ya sus huellas. "Las fotos no impactan porque son hechos que uno sabe que ocurrieron, pero de igual forma se hace por momentos insoportable. No muchos soportan estar un largo rato mirándolas". Sin embargo el impacto de las escenas recreadas por las fotografías policiales, se deja atrás cuando se toma conciencia que se está transitando un camino que lleva a la justicia, a la identificación de estas víctimas y el castigo a los culpables.

En un breve repaso que este cronista pudo hacer del material recopilado hasta el momento, pueden observarse un importante cantidad de víctimas con impactos de armas de fuego en sus cuerpos, asi como rastros de golpes en sus rostros, además de frentes de casas baleadas a mansalva, y distintas pertenencias secuestradas en los distintos operativos. En particular, resultado de los "allanamientos" de la policía en domicilios y sedes políticas de los militantes de entonces. Así se ven volantes de Montoneros, libros sobre la revolución cubana y el Che Guevara y carcasas de lo que se supone eran explosivos destinados a enfrentar a las fuerzas de la represión.

En igual sentido que Susana, Lucas Avalos también se muestra marcado por la tarea que le encomendaron. "Tengo 32 años y me impactó ver a personas de 18 o 20 años asesinadas de ese modo. Me resultó muy duro, pero también me golpeó fuerte pensar en el compromiso social que tenían estos jóvenes, algo que nos debería hacer reflexionar sobre el mismo tema en nuestra juventud".

Finalmente Susana Molinas confiesa que "entre esas fotos también habrá seguramente amigos, gente que estuvo dentro de nuestros afectos, pero debimos tomar distancia para trabajar porque ahora uno tiene como militante un espacio y la posibilidad de hacer cosas para lograr la justicia que tanto reclamamos".

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