Tristeza colectiva y dolor sin consuelo. Esos fueron los sentimientos que se manifestaron cuando sonó la sirena de la autobomba, a las 9.38 de ayer, para recordar la hora exacta en la que estalló el edificio de Salta 2141, que terminó con la vida de 22 personas, en 2013. Las lágrimas se apoderaron de los familiares que desde arriba del escenario alzaron carteles con fotos de sus hijos, novios, padres, esposos, hermanos. En el acto por los dos años del peor estrago en la historia de Rosario, a causa de un escape de gas, se renovó el pedido de justicia y "cárcel para los acusados". Las nubes amenazantes dieron tregua al encuentro, después de la lluvia que acompañó toda la noche a quienes estuvieron en la carpa de la vigilia. La novedad fue que el titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, anunció que irá a la Justicia contra el Ente Regulador del Gas (Enargas) porque no entrega los informes solicitados hace más de un año. Además, se prevé que la próxima semana la causa que tiene a 11 personas procesadas sea elevada a juicio por la jueza Patricia Bilotta.

"Cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos", fue una de las frases de la canción Por qué cantamos (1983)--en la voz de Cecilia Petrocelli﷓ que provocó el llanto unificado.

En el escenario, armado de espaldas al paredón que cubre el terreno donde estaban las tres torres del edificio, las fotos de cada una de las víctimas miraban hacia el público, en el que había políticos y vecinos que participaron respetuosamente. Al lado de esas imágenes, un banner expresaba la idea de los familiares sobre el memorial que pretenden construir en el lugar. En diálogo con Rosario/12, Marcela Nissoria, esposa de Hugo Montefusco, lo describió: "Queríamos terminar con el imaginario de los vecinos de que nosotros pretendíamos un cementerio. Lo que queremos es que vean nuestra intención. La mañana de la explosión, Débora Gianángelo (otra de las víctimas) se tenía que juntar a estudiar con dos amigas en su departamento, pero las llamó para decirles que no fueran, porque hacía mucho frío. En ese llamado les salvó la vida. El novio de una de ellas, que es arquitecto, nos regaló este proyecto que tiene símbolos de agua, relacionados con la vida; dos palabras plasmadas en sus paredes: Justicia y Memoria; una fuente con los nombres de los fallecidos. Adentro habrá un salón de usos múltiples para reunirnos con otros ciudadanos que hayan pasado por cosas similares. En Rosario hay más de 250 muertos al año y esos familiares no pueden siquiera pagarse la tarjeta de colectivo para ir a reclamar justicia. Queremos escuchar, contener, proteger la vida. No un muro de lamentos".

En el acto estuvo presente la fiscal de la causa judicial, Graciela Argüelles, quien pidió que el expediente vaya a juicio "lo antes posible" con los once imputados, cinco de los cuales pertenecen a Litoral Gas. "La explosión que desató el gasista (Carlos García) fue consecuencia de negligencias que venían de tiempo atrás", agregó.

Para los familiares, "un acto de Justicia sería la expropiación. Que el poder político se exprese sobre lo que sucedió aquí. Creemos que hay responsabilidades mayores que las de las personas que están imputadas".

Más temprano, Despouy habló desde Buenos Aires. "Tenemos serias dificultades para hacer las labores de la auditoría, nos solidarizamos con las víctimas pero encontramos reticencia para la entrega de la información indispensable por parte del Enargas, lo que dificulta enormemente la tarea de la auditoría", indicó.

El funcionario envió una carta a los familiares para darles sus condolencias y esa información, en la que habló de una "actitud dilatoria, elusiva, ausente de toda cooperación, y más aún, en maniobras distractivas", por parte de Enargas; lo que consideró "inaceptable".

El acto cerró con la actuación de la banda Anillo Rock & Dombe, cuyo cantante, Gastón Behar, escribió la canción Sonrisa del destino a partir de lo sucedido en calle Salta. "Fue muy emocionante traerla a este escenario", dijo, todavía movilizado.

En el expediente 1027/13, fueron procesados el técnico José Luis Allala, quien estuvo trabajando en el sistema de gas del edificio unos diez días antes del siniestro: los gasistas Carlos García y Pablo Miño, que estaban cambiando el regulador el día del suceso; y los administradores del complejo, Mariela Calvillo, Norma Bauer de Calvillo y Carlos Repupilli, que contrataron a los trabajadores y ordenaron qué materiales usar para el cambio de regulador. También se procesó a cinco personas de Litoral Gas: los inspectores Gerardo Bolaños, Guillermo Oller y Luis Curaba; el jefe técnico, Claudio Tonucci; y la gerenta técnica, Viviana Leegstra.