Ernesto Sebrié, es un médico egresado de la UNR, y un rosarino que se especializó en el Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaco de la Universidad de California. En ese rol siguió este proceso en diferentes puntos del planeta en donde se intentó controlar el consumo: Italia, Estados Unidos, Irlanda y Chile. Con esa experiencia y de paso por su tierra para entregar una distinción a las autoridades locales por su legislación antitabaco, alertó públicamente sobre las estrategias que las tabacaleras están utilizando para ganar la batalla en la opinión pública y los consumidores: desde "propietarios de bares que argumenten la falta de pruebas de las enfermedades que afectan al fumador pasivo, hasta el lobby legislativo para aprobar una ley nacional que licúe la rigurosidad de las leyes provinciales y ordenanzas municipales". Rosario, convertido en un verdadero teatro de operaciones, donde como en un película de intrigas se entrecruzan intereses millonarios con la salud como telón de fondo. -¿Cómo analiza a Rosario y la provincia de Santa Fe luego del aprobación de la legislación antitabaco?

-Rosario está claramente identificada: Por un lado hay gente que está trabajando en contra del tabaco como un ejemplo a seguir, y por otro lado está la industria que la ve como una gran escollo, un gran obstáculo a revertir. Y es porque siendo la segunda ciudad del país aparece junto a la provincia de la Santa Fe con políticas públicas de preservación de los derechos de la salud de la población. Y justamente estos derechos son incompatibles con los derechos económicos de rentabilidad de la industria, ya que estas políticas llevan a la disminución del consumo de tabaco que acarrea pérdidas económicas grandes. Por eso la industria tabacalera está utilizando en esta ciudad las grandes estrategias que ya ha utilizado en otros lugares del mundo: El ejemplo más claro es el de California en el año 98 cuando se aprueba la ley de ambientes libres de humo en bares. Allí se organizó usando diferentes argumentos que son los grupos de fachada, que son sus aliados, con los cuales tratan de debilitar o neutralizar la ley ya establecida.

-¿Qué son los grupos de fachada?

-Voy a explicarlo con un ejemplo: en Rosario se vio claramente que el dueño de un bar, apareció en televisión recordando que era médico para dar legitimidad a su discurso, mintiendo con los argumentos de la industria, que es básicamente la manipulación de la ciencia: argumentan que la exposición del humo de tabaco ajeno, es decir el tabaquismo pasivo, no produce enfermedad, o que no hay evidencia científica cuando está claramente demostrado por la Organización Mundial de la Salud que producen las mismas enfermedades que el consumo activo de tabaco. Es decir, una de la estrategias es la de la manipulación de la ciencia, aunque este argumento fue fácilmente rebatido por las autoridades de la Secretaría de Salud municipal. Pero lo más notable es que el dueño del bar utilizó un artículo publicado recientemente en la British Medical Journal que se sabe fue financiado por la industria tabacalera, con lo cual es claro que se lo entregó alguien ya que no pudo conocerlo, y porque además aparece en los sitios web de la industria como argumento de la falta de evidencias.

-¿Qué otras estrategias usa la industria del tabaco?

-Otro de los argumentos que utiliza normalmente la industria y que ha aparecido en Rosario es la elección y el derecho de los fumadores de hacerlo. Esta cosa de los derechos individuales del fumador de fumar donde quiera, que es fácilmente rebatible, porque los derechos no son ilimitados ya que en una sociedad democrática los derechos terminar donde comienzan los de los demás. Y los derechos de salud pública están por encima de los derechos económicos. Otro de los argumentos de la industria son los clubes de fumadores: Esta es en verdad una herramienta que utilizan cuando no pudieron frenar la ley, así que intentan revertirla.

-¿Qué ocurriría si la ley nacional que apruebe el Congreso fuese más permisiva que la ley provincial?

-Hay un proyecto en el Senado que presentó el ministerio de Salud a cargo de Ginés González García, que tiene todos los postulados de la Organización Mundial de la Salud entre los cuales prevé la creación de ambientes cerrados cien por ciento libres de humo de tabaco. Pero claramente hay otros proyectos como el de la senadora Fellner que prácticamnte fue escrito por las tabacaleras, y tiene todos los postulados de la industria. Si éste se impusiera, se licuarían todas las leyes y ordenanzas provinciales y municipales.