[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El movimiento ecologista de la ciudad persiste en resistir la iniciativa promovida por Unión PRO, tendiente a reducir la circulación de bolsitas plásticas como recipiente habitual del consumo rosarino. Desde la ONG Taller Ecologista, Mirko Moskat cuestionó los "graves errores conceptuales" de la iniciativa elaborada por la concejala María Julia Bonifacio respecto de la problemática ambiental. "Se insiste en estandarizar las bolsas y que sean de dos colores, pero eso abre un camino equivocado. La estandarización consiste en obligar a que las nuevas bolsas cumplan con la norma IRAM 13610, que define tamaños y espesores de las bolsas y varios requisitos físicos", señaló el activista. En su opinión, "es un absurdo poner cada vez más recursos para hacer un poco mejor, o menos peor, un producto efímero y que debería evitarse, en vez de decidirse y realmente reducir el uso de descartables en favor de opciones durables como el bolso de los mandados".

La posición del Taller Ecologista advierte que "las bolsas estandarizadas siguen siendo desechables, a lo sumo se utilizan una vez más para sacar la basura y no mucho más. Se siguen poniendo recursos en el lugar incorrecto, en lugar de propender a cambiar nuestros hábitos insustentables de consumo", puntualizó Moskat.

Para los ecologistas, la norma IRAM referida sólo es "una estrategia" de la industria plástica para sostener el producto frente a los cuestionamientos ambientalistas. "Es una respuesta que nada cambia y que desvía la discusión de las verdaderas soluciones. Por el contrario, refuerza y consolida el consumismo al darle un maquillaje ambiental a la propuesta y sostener sistemas productivos y de consumo insustentables", replicó Moskat.

Tampoco aceptan la diferenciación por colores para orientar la separación de residuos. "Las modalidades de separación no requieren de ningún color de bolsas para poder separar; en realidad para mejorar la separación en origen se deben fortalecer las campañas de difusión. Entregar bolsas con colores puede llevar a confusiones: por ejemplo a creer que para separar son necesarias las bolsas coloreadas o que basta con depositar los residuos separados en estas bolsas para que luego sean reciclados".