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"El domingo pasado hubo entre 8 mil y 10 mil personas en la Rambla Catalunya, y diez agentes de la GUM y seis policías nomás", contó Gustavo Rapp, uno de los guardavidas que trabajan en la playa pública y que acusan el malestar de sentirse desbordados en número y en situaciones que no pueden manejar cuando se suscitan problemas de convivencia entre los bañistas.

"El problema más común es el consumo de droga y de alcohol. Además, la gente no respeta a los guardavidas", añadió ayer por LT8.

Por otro lado, señaló que el destacamento policial no colabora con la prevención en la zona de playa y la Guardia Urbana Municipal contrata algunos agentes efectivos adicionales pero que resultan insuficientes, según observó Rapp.

"Después de Navidad y Año Nuevo nos abandonan. Con el sindicato vamos a hacer algo para que la Municipalidad se ocupe", avisó.