CIUDAD › DICTAN PRISIóN PREVENTIVA POR DOS AñOS AL FEMICIDA DE GRACIELA PRíNCIPE
Núñez Cartele tomó en cuenta las particularidades de la violencia del género al aplicar el máximo castigo previsto sin condena. La fiscal Fabbro detalló las pruebas que inculpan a Ricardo Ratto por el primer femicidio del año.
› Por Lorena Panzerini
"Para ciertos hombres, la violencia es el único modo de imponerse, y atacan a las mujeres de las maneras más cruentas", criticó el juez Héctor Núñez Cartelle al dictar la prisión preventiva por 2 años para Ricardo Ratto, acusado del femicidio de Graciela Noemí Príncipe, el lunes pasado. La fiscal Marisol Fabbro le imputó el delito que está contemplado en el artículo 80 del Código Penal: homicidio calificado a una mujer, cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare la violencia de género; incorporado en 2012 al Código, con pena de reclusión perpetua. El magistrado tuvo en cuenta la gravedad del hecho ante el relato de la fiscal, quien habló de mensajes amenazantes previos tanto a Graciela como a una de sus hijas. También se refirió a la confesión de Ratto ante su hijo, quien le aconsejó que se entregara, pero éste huyó a la localidad de Peyrano. Organizaciones de mujeres y compañeras de trabajo de Chela se movilizaron a Tribunales para exigir justicia. "Que se pudra en la cárcel", le desearon al agresor que terminó con la vida de la mujer de 53 años, tras una relación de apenas seis meses.
"Fue un crimen intencional", dijo Fabbro en su acusación, sobre el femicidio perpetrado alrededor de las 19, del 4 de enero pasado, en la vereda de Castellanos al 600, cuando Ratto apuñaló varias veces a Graciela con un arma blanca, para luego fugarse. Una versión apunta a que ella lo nombró mientras agonizaba.
Horas antes, el agresor insistió en varios teléfonos para dar con la víctima y pedirle un encuentro, hasta que lo logró. Según el relato de la fiscal en la audiencia de ayer, ambos tuvieron una discusión en la vía pública, cerca de la terminal, hasta que "él le propinó entre 11 y 12 puñaladas, se subió a un taxi y se fue".
Como evidencia, Fabbro mencionó el testimonio de vecinos que vieron cuando la mujer ya estaba tendida en la vereda, a mitad de cuadra, en medio de un charco de sangre; y relataron haber visto al hombre subirse a un taxi. Lo describieron como canoso, con camisa y pantalón oscuros.
A ello se sumó el testimonio del taxista que fue abordado en el lugar por Ratto. El chofer dijo que "lo notó alterado" y que el pasajero le pidió que lo llevara a San Lorenzo al 700, pero que cuando viera un volquete frenara porque tenía que tirar unos papeles. Luego, pidió bajarse en Oroño y Santa Fe, pagó y se fue. Se sospecha que intentó descartar el arma homicida, pero ésta no se halló en los contenedores revisados.
Otro testimonio esencial es el del propio hijo del acusado, quien se comunicó con Ricardo, a quien llamó tras recibir una comunicación de su tía. "Le dijo que había matado a su pareja", reveló Fabbro. El muchacho recibió primero un llamado de su tía porque Ricardo estaba en la puerta de su casa, "sacadísimo", según le dijo la mujer. El chico llamó a su padre. "Tenés que ir a la policía", le dijo cuando éste confesó. Sin embargo, fue él quien empezó a moverse para denunciar a su padre. Según detalló la fiscal, primero llamó al Teléfono Verde, desde donde le dijeron que tenía que comunicarse con la Comisaría de la Mujer, allí le dijeron que llamara al 911, y finalmente, desde el número de emergencias lo derivaron a la comisaría 7ª, donde pudo radicar la denuncia.
Entre los mensajes que Ricardo intercambió con su hijo, le escribió: "Me sentí defraudado. Me dejó sin trabajo y en la calle". Según dijo ayer un familiar de la mujer, Graciela le prestaba su auto para que Ratto lo trabajara de remis, pero una última pelea -motivada por problemas económicos- llevó a que ella lo echara de la casa, donde vivía con su madre.
Una de las hijas de la víctima, también dio su versión en la Fiscalía. "El me mandó mensajes diciendo que mi mamá estaba loca". Ricardo estuvo buscando a Graciela para pactar el encuentro, durante todo ese día. Fue así que Chela le dijo a su hija que iría a verlo a la zona de la terminal; pero cuando la muchacha comenzó a llamar a su madre alrededor de las 20, ésta no contestaba. Entonces vio en las noticias que una mujer había sido apuñalada en la zona, y se imaginó lo peor.
Según detalló, apenas se conocieron Graciela y Ricardo, él se fue a vivir con ella. Sin embargo, unos días antes de fin de año Graciela encontró un mensaje de texto de otra mujer en el teléfono de Ricardo y le dijo que se fuera de la casa. Para Año Nuevo, ella aceptó que volvieran a juntarse, pero como "amigos con derechos" a verse con otras personas. "Eso pudo haberle ocasionado celos a él", dijo la fiscal.
El último detonante fue el reclamo de un viaje a Mar del Plata, para el que Graciela no tenía dinero, pero él le insistía con que sacaran un crédito para ir. Eso derivó en la pelea previa al hecho, cuando Chela le pidió que se fuera de su casa, nuevamente. Esta situación habría enojado a Ricardo, quien comenzó a enviar mensajes amenazantes a Graciela y a su hija. "Me usaron", les escribió el acusado de 56 años.
El testimonio que ayudó a encontrar al prófugo en Peyrano, fue el de un taxista que lo llevó hasta allí. Al llegar a destino, Ratto se bajó con una excusa, pero nunca volvió a pagarle los 800 pesos que marcó el viaje, por lo que el chofer radicó la denuncia y desde allí se comunicaron con Fabbro; quien ordenó el allanamiento en el que se secuestraron dos celulares y tres armas blancas.
A su turno, el agresor dijo que no iba a declarar ni a responder preguntas. "Yo no fui", se excusó. La defensa pidió la libertad a cambio de una fianza de 20 mil pesos, pero el magistrado la rechazó.
Según los informes preliminares de autopsia, Graciela tenía heridas en cuello, tronco y miembros superiores. Las heridas mortales fueron en el corazón y en el hígado.
Para el magistrado, los indicios que mencionó la fiscal ya "hacían augurar" lo que el agresor pretendía hacer con su pareja. También advirtió que no hubo arrepentimiento. "El silencio marca su sentimiento sobre lo que le provocó a la víctima", dijo.
En tanto, la fiscal Fabbro dijo más tarde que el de Graciela "no es un homicidio común", por lo que lo calificó como femicidio. "Es muy fuerte la lucha de muchas organizaciones respecto a este tipo de comisión delictiva. Hoy por hoy, hay una gran concientización social al respecto, pero, desgraciadamente, se siguen sucediendo los hechos". Además, dijo que "dos años es el máximo plazo que por disposición del Código puede estar detenida una persona sin condena".
Al término de la audiencia, familiares de la víctima le recordaron a Fabbro que una pareja anterior lo denunció por violencia de género y que hay pruebas de ello. Su nuera, Yanina Dotto, dijo que en junio habían empezado a convivir, y que delante de la familia él la trataba bien; pero que nunca llegó a brindar confianza a la familia. Incluso, Graciela le daba su auto para que trabajara, mientras ella se desempeñaba como asistente escolar en la Escuela 456; y atendía un carrito de su exmarido (fallecido) en la feria retro, los fines de semana. "Es favorable lo que decidió el juez, quien habló del femicidio y la violencia de género que existió", dijo la nuera.
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