Dom 28.02.2016
rosario

CIUDAD › LA LUCHA DE NORA RACHID POR RECUPERAR A SU NIETA DESNUDó FALENCIAS INSTITUCIONALES.

Las respuestas que demoran en llegar

A pesar de los reclamos la mamá y la abuela, una niña de seis años estuvo 20 días a cargo de su padre, quien tiene una orden de prohibición de acercamiento debido a más de 150 denuncias por haber ejercido todo tipo de violencias.

› Por Martín Stoianovich

A principios de febrero Nora Rachid denunció que a su nieta de seis años se la había llevado el papá, a pesar de tener prohibición de acercamiento a ella y sus otros hijos. Cintia, mamá de la nena e hija de Nora, realizó desde el 2006 más de 150 denuncias por violencia de género y abuso familiar contra el hombre. El conflicto atravesó al Ministerio Público de la Acusación, el Juzgado de Familia Nº 5 y la Dirección Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia, entre otras áreas de la provincia. Finalmente y luego de varios días, Niñez decidió darle a Nora la tenencia de los niños, debido a las prohibiciones de acercamiento, del papá por las denuncias de violencia y de la mamá por su estado de salud mental. Tanto Nora, que lleva más de treinta años de tareas comunitarias en la zona sur de la ciudad, como dirigentes de ATE Rosario, destacan distintas irregularidades en cada área que intervino en el conflicto. Además, critican la forma de recibir a las víctimas cuando se trata de mujeres. A raíz de este caso puntual intentan visibilizar una problemática estructural que supera la historia de Nora, Cintia y sus niños.

Nora y Cintia pelearon durante más de veinte días para lograr resguardar a esta niña de seis años de una persona sobre la cual recaen denuncias por violencia de todo tipo. Hoy, con la niña y sus hermanos, todos menores de edad, ya viviendo en su casa, Nora se detiene a cuestionar las irregularidades que tuvo que padecer en todo este proceso. Se trata de un caso testigo en el cual se percibe la falta de articulación entre el Poder Judicial, las áreas encargadas de la niñez e incluso la Policía, sobre la cual también hay críticas por su manera de actuar.

El comienzo del conflicto en cuestión data del año 2006, cuando Cintia se separó de su pareja, un ex militar identificado como Guillermo M., a raíz de distintos episodios de violencia padecidos por ella y sus hijos, de entre seis y catorce años. Las denuncias derivaron en una prohibición de acercamiento que nunca fue respetada por el padre de los niños, y así los hechos de violencia fueron repitiéndose con el paso de los años. "Las denuncias se hicieron como se deben hacer, en la comisaría. Se supone que van desde ahí a Fiscalía y de ahí a Tribunales. Pero eso no sucede", relató Nora a este diario. Su disgusto se debe a que en caso de que las denuncias por violación a la prohibición de acercamiento hubieran avanzado en el Poder Judicial en su debido momento, el conflicto podría haberse solucionado tiempo atrás. Sin embargo no fue así, y a principios de febrero tuvo lugar el episodio que desató los tramos más recientes de la disputa. Guillermo M. interceptó en la calle a Cintia, la golpeó y le arrebató de sus manos a la niña, la subió a un auto y se la llevó sin decir a dónde.

A raíz de esto, y tal como lo explica Rosario/12 en una nota publicada el pasado 17 de febrero, Cintia, Nora y el resto de su familia se movilizaron a las puertas de Tribunales Provinciales para denunciar este hecho y exigir intervención judicial urgente. También presentaron ante el Ministerio Público de la Acusación la denuncia por secuestro, a fin de que la Fiscalía destine alguna fuerza de seguridad para buscar a la niña. "Nos habían dicho que M. tenía pedido de captura por las denuncias, pero cuando el policía de Tribunales fue a Fiscalía a buscar la orden, le dijeron que todavía no la habían mandado", explica Nora. Ese mismo día Guillermo M. llegó a Tribunales con la niña para desmentir la versión de secuestro, a pesar de que hacía días que no daba información sobre su paradero.

La denuncia entró al Juzgado de Familia Nº 5, a cargo del juez Marcelo Molina, donde se estableció la competencia de la Dirección Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia para decidir quién obtendría la tenencia de la niña. La desesperación de la familia creció cuando, ante esta decisión del juez, que no contempló la urgencia de la situación, la niña se retiró con su padre siendo custodiados por la policía. Nora manifiesta su enojo al sentir que de esta forma se revictimizó a la madre y a la niña, haciéndoles pasar un momento tan tenso como triste. "Molina se lavó las manos y lo dejó en manos de Niñez", dijo y criticó al magistrado por su forma de intervenir "en cuestiones de género".

Finalmente, buscaron la intervención de la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia y la Secretaría de Salud Pública municipal. Luego de una reunión con Niñez, se le comunicó a esta área la urgente necesidad de que la niña sea resguardada. Con asombro, Nora cuenta que en Niñez la directora Alicia Giménez le dijo que el equipo que estaba interviniendo en el caso no estaba anoticiado de la cantidad de denuncias que Cintia había realizado contra el papá de la niña. Fue entonces que el viernes 19 de febrero decidieron darle la tenencia de la niña y sus hermanos a Nora. Sin embargo, según Nora, aquí continuaron las irregularidades: "Dieron la orden pero no se cumplió, estuvimos todo el día esperando y no pasó nada". Si bien nunca vieron la notificación formal en la cual se dictó la tenencia de los niños por parte de su abuela, creyeron que no había más reclamos por hacer. Pero pasó el fin de semana sin novedades, y el lunes a través de distintos movimientos lograron que funcionarios políticos se comunicaran con la Dirección de Niñez para expresar la preocupación a fin de que el conflicto se solucionara con el bienestar de los niños como prioridad. Fue entonces el lunes pasado, después de varios días de ejercer presión, que Nora pudo volver a ver a su nieta y llevarla a su casa con sus hermanos.

Desde ATE Rosario, la secretaria de Organización, Liliana Leyes, considera que este tipo de irregularidades generalmente se sostiene por la desarticulación entre las distintas áreas del Estado. "Son enredos burocráticos, en donde los trabajadores no tienen que ver, sino que es producto de la mala articulación entre las instituciones que abordan la problemática", expresó Leyes en contacto con Rosario/12. Además, según la dirigente, también secretaria de Género de CTA Autónoma Santa Fe, las irregularidades vistas en este tipo de conflictos corresponden a una problemática vinculada a la violencia de género. "Hay falta de perspectiva de género en las instituciones del Estado. Se necesita formar a los trabajadores de Niñez en este sentido, porque la violencia de género también atraviesa a la niñez", sostuvo.

Por su parte, Nora Rachid lleva una larga historia como militante por los derechos de la mujer. En la zona de San Martín y Circunvalación, donde ahora vive con sus nietos, sostiene desde hace más de veinticinco años el Centro Comunitario Lola Mora. Allí, desde 1989 trabajan para construir en el barrio herramientas contra la discriminación y la violencia machista, labor por la cual tuvo varios reconocimientos en la ciudad. Incluso conoció la problemática de cerca cuando Yanina García, su hija, fue asesinada a los 22 años por su entonces pareja, un hombre de 39 años.

Estos episodios, pasados y presentes, han curtido la vida de Nora, quien sabe que es necesaria una verdadera intervención estatal para que la violencia hacia las mujeres y los niños puedan ser trabajadas de manera integral. "Yo por el trabajo que tengo con las mujeres sé cómo pararme, dónde reclamar y pedir ayuda. Pero qué pasa con las otras mujeres. Después nos preguntamos por qué las matan si habían hecho miles de denuncias. Porque fueron y vinieron, y pasaron estas cosas", se pregunta y se responde Nora. "Eso es un horror y va a seguir siendo así hasta que realmente se haga algo. Hay leyes que nos protegen y no se cumplen. Pero el Estado es hijo del rigor, y hay que presionar. Hay que formar al ciudadano para que sepa cuáles son sus derechos y qué recursos tiene para acceder a ellos", sostiene.

Por estos días, buscando que sus nietos puedan estar en paz, espera que a Cintia se le ofrezcan los tratamientos acordes para su recuperación. Mientras tanto, es Nora quien ahora se hace cargo de los niños. En este sentido, comenta algunas necesidades que están atravesando: una cucheta, cuatro colchones, útiles escolares, ropa y calzados fundamentalmente. Todas las pertenencias de los chicos fueron perdidas en uno de los tantos episodios de violencia que padecieron.

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