Tres hombres detenidos por secuestrar a un joven ciudadano chino ﷓hijo de un supermercadista﷓, en 2014, firmaron un juicio abreviado a 11 años de prisión. El acuerdo entre la fiscal Karina Bartocci y la defensa de los imputados será presentado hoy ante el Tribunal compuesto por los jueces Carlos Leiva, Gonzalo López Quintana y Patricia Bilotta, para su aprobación. A mediados del año pasado, la Fiscalía había pedido 16 años de prisión para los sindicados. Sin embargo, la decisión de cerrar un acuerdo llegó poco antes de que inicie el juicio oral y público, ayer por la mañana. Juan Carlos Alvarez, Marcelo Aguirre y Juan Carlos Di Franco serán sentenciados por el delito de "secuestro extorsivo, agravado por la participación de 3 o más personas y una menor de edad". Los imputados le habían reclamando al padre del oriental 150 mil dólares para el rescate, pero la entrega se frustró. Durante el cautiverio, lo mantenían encerrado en una habitación, y le vendaban los ojos para ir al baño.

En agosto de 2014, la Justicia imputó a cinco personas por el secuestro extorsivo de Wang Wi, de 22 años, a quien tuvieron retenido dos días, en un domicilio de Gabotto al 3100. En aquel momento, el juez Juan Carlos Curto ordenó que los sindicados autores materiales del hecho deberían permanecer en prisión preventiva sin plazo; mientras que otro hombre fue acusado como cómplice. Un quinto sospechoso, de 20 años quedó desvinculado, ya que no surgieron pruebas de su participación. En tanto, una jovencita quedó a cargo de la Justicia de Menores.

"Agarramos al chino", reza una de las escuchas sobre las comunicaciones interceptadas entre integrantes de la banda que perpetraron el secuestro, el 18 de julio de 2014, alrededor de las 22.30, cuando el joven estaba cerrando el supermercado de San Lorenzo 3737. Dos de los acusados y la menor lo interceptaron en un vehículo en marcha, a punta de pistola, y con golpes y amenazas le ordenaron subirse al Peugeot 504 rojo, que conducía Aguirre, quien dijo ser remisero.

Una vez en el auto, le taparon la cabeza y la cara con una capucha y le ordenaron mirar hacia abajo. A la altura de Lavalle y Alsina, los acusados tiraron por una ventanilla el IPhone del oriental, "para evitar el rastreo satelital", consideró la fiscal. Esa misma noche, la familia del joven hizo la denuncia en la seccional 7º.

Cuando los secuestradores lograron encerrar al ciudadano chino, comenzaron las llamadas extorsivas al padre, solicitando la suma de 150 mil dólares; si no prometían matar al muchacho. "Se dividieron tareas", aseguró la fiscal, para dar cuenta de la organización de la banda, de la que no se advirtió la existencia de hechos anteriores.

El 20 de julio, día acordado para la entrega de la suma, los acusados mandaron al padre de la víctima a hacer un recorrido por las calles rosarinas, mientras mantenían una comunicación para dar instrucciones acerca de la velocidad a la que debía circular, indicarle cuándo encender las balizas del vehículo, y decirle que pusieran el dinero en una bolsa blanca, que debería arrojar cuando ellos lo ordenaran. Según le dijeron, un kilómetro después se encontraría con su hijo.

En ese trayecto, el hombre era vigilado por uno de los acusados que iba en auto para cobrar el rescate. Sin embargo, antes de cumplimentar el delito, al hombre se le pinchó una goma. Sumado a ello, patrullas policiales pasaron por la zona donde pretendían buscar el dinero y se vieron acorralados. Enseguida, el padre recibió la llamada de su hijo, quien había sido liberado.

Menos de un mes después, el Ministerio Público de la Acusación detuvo a los acusados en barrio Ludueña: Alvarez tiene un antecedente de condena por el delito de robo calificado; y Di Franco tiene una condena condicional por un hurto.