Desde Funes

"Funes sí, negocios no", fue el clamor de unos 250 funenses que se manifestaron vehemente el martes a la noche en las puertas del Concejo, mientras el intendente del PRO, Diego Barreto, daba su discurso de apertura de sesiones. A la salida, fue increpado duramente por vecinos que le pidieron una vez más que derogue las tres nuevas urbanizaciones que promulgó. También la ligaron los concejales, que debieron dar explicaciones y suspendieron la sesión "por disturbios". Dieciséis minutos de discurso y veinte afuera, envuelto en una maraña de enbroncados, tratando de abandonar el recinto. Así fue el racconto del primer paso de Barreto por el Concejo. Los manifestantes (vecinos, vecinalistas, ex ediles, dirigentes y militantes opositores) no le perdonan a él ni a los ediles, haber avalado tres desarrollos inmobiliarios de envergadura: un barrio cerrado, un complejo de ocho edificios y un parque industrial. Al jefe comunal también lo escracharon por unos 40 despidos que ordenó en la esfera municipal. "No sobran empleados, faltan obras", rezaban las pancartas.

Barreto se comprometió a presentar un nuevo plan urbano que tendrá como objetivo "articular" el crecimiento económico, la equidad social y el uso racional de los recursos naturales "con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población".

Pero cuando se retiró, comenzaron sin mediar a increparlo, algunos con signos violentos. En el tumulto, el intendente invitaba a todos a hablar en la Municipalidad y pedía a la vez "una oportunidad para gobernar". Lo secundaban el coordinador de la Central de Operaciones de Emergencias (COE) Daniel González, el subsecretario de Inclusión Social, el ex presidente de Argentino, Ariel Sclafani, y su guardaespaldas Roque "El Preso" Sosa, ex barrabrava de Newell's, mano derecha del difunto Roberto "Pimpi" Caminos, durante la gestión liderada por Eduardo López. Más tarde, se informó que Barreto estaba dispuesto a convocar a una asamblea para explicar en detalle el porqué de su postura.

Después les tocó a los concejales, que escucharon sin cesar las demandas de los manifestantes. Pusieron la cara dos ediles del PRO, Carlos Olmedo y Luis Dolce, y el peronista Roly Santacroce. El trío apoyó en su momento las urbanizaciones. "Solo dimos pre factibilidades, ahora tiene que responder la Provincia", arguyó Olmedo, quien optó por cerrar la sesión a raíz de los "disturbios". Santacroce dijo que "todos los reclamos de la gente son válidos, pero las actitudes agresivas no suman. ¿Cuánto falta para que alguien golpee a un funcionario? ¿Cuánto falta para que la ciudad sea testigo de un linchamiento público?".

Los manifestantes se prometieron regresar al recinto el martes que viene.