CIUDAD › UNA MULTITUD HONRó A SAN CAYETANO, EL PATRONO DEL TRABAJO
Los organizadores y habitués de la procesión coincidieron en señalar que "vino mucha más gente que el año pasado", como indicó una de las mujeres que cada 7 de agosto concurre y agregó "eso indica que las cosas no están bien". La procesión finalizó en la Plaza de la Libertad.
Mucho más que fe había en el ambiente. Había necesidad también, más que el año pasado, como indicaban algunos de los organizadores. Una multitud honró ayer en Rosario a San Cayetano, el patrono del trabajo. Con una larga cola de varias cuadras, familias enteras realizaron la procesión para agradecer y pedir al santo de la Providencia. La gente ocupó todo el ancho de las cuadras, incluidas las veredas, en la procesión que arrancó desde Buenos Aires 2150, caminando los fieles por calle Buenos Aires hasta Pasco, y desde allí, hacia la plaza Libertad. Cerca de las 15.30, con más gente todavía en la Plaza, se procedió a la celebración de la misa, encabezada por el arzobispo de Rosario Monseñor Martín. "Venimos acá a darle gracias a San Cayetano, porque tenemos el pan y el trabajo o a pedirle si no lo tenemos. Pan y trabajo. Las dos tienen que ir siempre juntas, no puede ir una sin la otra", dijo el arzobispo (ver aparte).
Fue una nueva muestra de fe popular. Cientos de peregrinos se congregaron desde la mañana alrededor del santuario de San Cayetano para venerar al santo y pedir por "pan, paz y trabajo". Devotos de Rosario y alrededores hicieron vigilia desde el sábado para honrar en la parroquia de Buenos Aires 2158, y desde allí partieron en horas de la tarde en procesión hasta la Plaza Libertad para esperar la misa.
Por la mañana, los peregrinos se reunían para celebrar en las fiestas patronales en honor del santo de la Providencia, a quien a partir de las cero horas del domingo le pedían por un presente mejor y un futuro próspero.
"Al estar aquí siento mucha fe y vengo a agradecer, porque a veces nos olvidamos de agradecer, que toda mi familia tiene trabajo que eso es lo más importante", dijo Silvia a al sitio web Conclusión, una de las tantas mujeres que se encontraba en las puertas de la iglesia. Por su parte, Manuel contó que "siempre venimos con mi familia para pedir por trabajo y por salud". En tanto Ema, coincidió al "agradecer por el trabajo y la salud de toda la familia".
"Hace 40 años que vengo a la iglesia y vengo a pedir algo un poco difícil pero no imposible para él, que es que ningún abuelo tenga que comer indignamente en las plazas, después de haber trabajado tantos años. El abuelo tiene que comer en su casa, como Dios manda", reveló Cristina. "Soy muy creyente y vengo para que haya trabajo para toda la gente", dijo Rubén de barrio Empalme Graneros.
Los puestos de venta de comida y artículos religiosos, así como espigas y estampitas de San Cayetano; se multiplicaron a lo largo de la calle Buenos Aires desde temprano. La municipalidad organizó un operativo de tránsito que desvió líneas de colectivos e impidió la circulación vehícular por varias cuadras alrededor de la iglesia que venera al santo en la ciudad de Rosario. "No es que se venda mucho, la gente cuida el pesito, pero algo se quieren llevar del santo", dijo Jorge que cada año se instala con algún puestito en la zona "para ir tirando y de paso pedirle yo también a San Cayetano, porque las cosas están difíciles y hay que seguir tirando para sobrevivir", dijo el vendedor ambulante.
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