La Justicia condenó a 13 años de prisión a un hombre que abusó de una de sus hijastras durante 21 años en la localidad de Bigand. La víctima tenía entre 13 y 14 años cuando comenzaron los sometimientos y fruto de ellos tuvo seis hijos. El juez de Sentencia Nº 1, Ismael Manfrín, evaluó que "no puede desconocerse el proceso psicológico vivenciado por la víctima. Esta clase de delitos, cometidos en la clandestinidad, impide a los terceros la observación del nudo de violencia que engloban".

La investigación empezó a raíz de la denuncia radicada por la propia víctima el 24 de mayo de 2011. N. relató en aquel momento que "tenía trece años y mi hermana, once, cuando mi mamá se unió en concubinato G.S. y nos fuimos a vivir con él. Al poco tiempo, comenzó a abusar sexualmente de mi: la primera vez fue cuando quiso que lo acompañe en bicicleta a una estancia que estaba a unos kilómetros de mi casa, y por un camino de campo paró y abusó de mí sexualmente. Yo le pedía que no, le decía que no quería, pero igual lo hizo; y desde entonces lo siguió haciendo. El tenía una cama aparte en la casa, no dormía con mi mamá y en la noche cuando todos dormían él se pasaba a mi cama y me decía que si contaba algo me iba a degollar. Cuando yo le decía que no, que por favor no él me pegaba. En el año 90 cuando yo tenía 14 años nos vinimos a vivir a Bigand, donde el abuso sexual seguía. Además, me decía que si me veía con otro macho me iba a matar. Andaba con un cuchillo en la cintura", reveló.

La mujer decidió denunciar al imputado cuando su hijo mayor tuvo un intento de suicidio. "Cuando cumplí los 16 quedé embarazada de G.; y él quiso que lo abortara, pero igual yo lo tuve; mi mamá no sabía de quién era pero desconfiaba, igualmente nunca me preguntó nada, yo pienso que ella sabía pero le tenía mucho miedo a él porque le pegaba. De los abusos que sufrí por parte de G. tuve cinco hijos (el sexto falleció), y el mayor tiene 18 años, otra de 15 años, la siguiente de 13, otro varón de 10 y el chiquito de 6 años. Mi hijo mayor empezó a sospechar esto y comenzó a tener intentos de suicidio y de auto agredirse a tal punto que en este momento está internado; y es por eso que quiero que se sepa la verdad para no mentirle más", dijo.

La hija de 15 años de la mujer también declaró en la causa: "Hace un tiempo que sospecho que soy hija de mi abuelo G."

El acusado también intentó abusar de la hermana de la víctima y le mostró sus genitales a su hija de 15. En su indagatoria, dijo: "Todas las relaciones que tuve con N. fueron con el consentimiento de ella. Nunca la forcé o amenacé, las relaciones fueron a parir de los 17 años de ella. Todo el pueblo sabía de la relación que yo tenía con ella, como así también toda la familia, tanto de ella como la mía, todos aprobaron esta relación, hasta mi mujer", dijo.

Algunos integrantes de la familia, señalaron que en la familia "era normal esa relación que llevaban los tres". Mientras que hay relatos en los que familiares niegan haberlo sabido.

Para la magistrado, el caso tiene "aristas particulares que lo diferencian sustancialmente" de otros hecho de abuso: "que la víctima dio a luz nada menos que seis hijos cuya paternidad fue admitida por el acusado; y que denunció los abusos luego de veintiún años de haber comenzado".

Según los informes que constan en el fallo, el acusado poseía "preeminencia sobre familiares por ser el sostén económico". Manfrín consideró que "el hecho de que los familiares hayan declarado no haber apreciado amenazas no implica que las mismas no hubiesen existido". Y agregó: "De no ser cierto el relato, las herramientas técnicas con que cuentan las profesionales (psicólogas) lo habrían detectado. No puede desconocerse el proceso psicológico vivenciado por la víctima". La psicóloga dijo que la víctima "presenta padecimientos de sometimiento crónico".