A las 9 del domingo, el sol ya calentaba las veredas céntricas por las que comenzaban a caminar grupos de mujeres con sus pañuelos verdes o violetas, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; y por el fin de la violencia machista. Muchas todavía se sacudían la modorra, tras la noche del sábado, que estuvo colmada de actividades culturales y musicales. El bolsito con el termo y el mate era lo único que no podía faltar a esa hora de la mañana. "Lo mejor de todo es que ahora tenemos que volver a bajar para comparar facturas", le dijo una rubia a su compañera, que la miró rendida mientras terminaba de subir cuatro pisos por escalera, en la parte nueva de la Facultad de Humanidades y Arte, y se largaron a reír a carcajadas. Es que en ese piso se abrió el 14º taller de "Mujeres, Anticoncepción y Aborto", por la cantidad inesperada de asistentes. Incluso, una comisión discutía sobre ese derecho en el ancho pasillo de la planta baja, que da aa calle Corrientes. "Que tengamos vagina, no significa que nuestro único destino en la vida sea ser madres", dijo una joven. Las que asentían eran un centenar. "¡Fuera la Iglesia!", gritó una. "¡Fuera!", respondió el resto y los aplausos retumbaron en la elevada construcción de concreto.

"Los talleres son el corazón de los Encuentros", repiten las organizadoras. Por eso, hoy el acto de cierre tendrá que ver con la lectura de las conclusiones a las que se llegó en cada uno de los más de 300 espacios de debate en escuelas, facultades y otras instituciones. También se elegirá por ovación el destino de las mujeres para el 2017, con una nueva sede. "Los lugares asignados están desbordados", dijeron. "Lo mejor del Encuentro, son los encuentros", celebraron otras, entre abrazos y risas.

Noel Gassmann, de la comisión organizadora, señaló que "hubo mucho más talleres de los esperados". Incluso, como no había pasado nunca en un ENM, el domingo continuaron las inscripciones, desde temprano. "El año pasado hubo 280 talleres, en Mar del Plata, y este año esperábamos 300 pero hubo muchos más. Al punto que fueron desdoblados y algunos no tenían espacio para funcionar. La idea de desdoblarlos es que pueda circular la palabra y todas puedan discutir", dijo la militante.

Violencia, aborto, femicidios y trata son de los talleres más convocantes de cada Encuentro, y Rosario no fue la excepción. De hecho, "Mujeres, anticoncepción y aborto" o "Mujeres, violencia y maltratos" debieron desdoblarse hasta en 14 comisiones cada uno. Las coordinadoras no daban abasto.

"Mujeres trabajadoras sexuales" sorprendió con setecientas asistentes, según celebró Georgina Orellano, secretaria general de Ammar. En su primera edición, en Rosario 2003, ese taller fue coordinado por Sandra Cabrera, quien era líder de Ammar y fue asesinada al año siguiente. Luego se hizo en el Encuentro de Mendoza, en 2004, y no se había repetido hasta esta edición.

Otros talleres, por sus características particulares, no se desdoblan y llegan a ser gigantescas asambleas como el de "Personas transgénero, transexuales, travestis", que sumó más de 400 asistentes. Otro taller unitario más allá de la cantidad de asistentes es "Mujeres de los pueblos originarios", que convocó a más de setecientas, de diversos puntos de la Argentina. "Entre los talleres nuevos, está el de "Mujeres y relaciones de pareja", que debió dividirse en siete para albergar a todas las interesadas. "Se nota que es algo que nos preocupa mucho", señaló Laura Del Monte, de la comisión organizadora. "Mujeres y cannabis", también estuvo colmado en su primera edición.

Otro de los talleres con gran concurrencia fue "Mujeres y organizaciones sindicales", donde se debate la participación de mujeres en los sindicatos, la necesidad de la formación en género de las delegadas y la inclusión de las mujeres en los cargos de decisión en los gremios.