Como el sindicato de garagistas de Santa Fe no está adherido a la federación que nuclea a los empleados de estaciones de servicio del país, que habían acatado la conciliación obligatoria dictada en la noche del jueves por el ministerio de Trabajo; Rosario y Santa Fe fueron las únicas dos grandes ciudades argentinas que ayer tuvieron todas sus estaciones de servicio cerradas, debido al paro de 24 horas llevado adelante por los trabajadores del sector en demanda de mejoras salariales. La medida de fuerza generó grandes inconvenientes, especialmente en los servicios de taxis y remises, que pudieron trabajar hasta que se les terminó la carga. Ismael Marcón, secretario general del sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicio, manifestó que el paro se llevó a cabo "en reclamo de un aumento del 19 por ciento, y además para frenar la enorme cantidad de despidos que venimos sufriendo en los últimos 30 días".

Largas colas de automóviles se pudieron observar en la noche del jueves en las estaciones de servicio de la ciudad, especialmente de taxistas, que querían comenzar el día con la carga llena para poder realizar más viajes. El panorama cambió un poco cuando se conoció la noticia de la conciliación obligatoria. Claro que pocos tuvieron en cuenta que el sindicato de garagistas de la provincia de Santa Fe no está federado, y entonces el gremio decidió seguir adelante con la medida de fuerza.

Alberto Zárate, del sindicato de garagistas, indicó que el paro se realizó porque "las petroleras se niegan sistemáticamente a otorgarnos el aumento del 19 %, que realmente lo estamos necesitando. Además, tuvimos 197 despedidos en los últimos días en la provincia de Santa Fe y sabemos que están por cerrar varias estaciones de servicio".

Ayer por la mañana, la mayoría de los comercios que expenden combustible estaban cerrados. Las excepciones fueron las estaciones de Santa Fe y España, Oroño y 3 Febrero y Oroño y 9 de Julio. Estos comercios trabajaron hasta las 10, momento en que los propietarios decidieron poner vallas en los accesos, debido a las concentraciones que realizaron los trabajadores del sector, para lograr finalmente que la adhesión al paro fuera total.

También se registraron incidentes durante la madrugada del viernes en algunas estaciones que estaban abiertas, como por ejemplo la ubicada en Corrientes y 27 de Febrero. Allí, desconocidos lanzaron piedras desde automóviles en movimiento, expresando así su descontento hacia los surtidores que no estaban acatando la medida de fuerza.

Zárate, mientras manifestaba en la estación de servicio de Oroño y 3 de Febrero, comentó: "Todas dejaron de vender porque fueron visitadas por los muchachos; cordialmente, como corresponde, para que dejen de vender el combustible, porque estamos en defensa de los trabajadores".

El sindicato se había comprometido a cubrir con un empleado por turno las guardias mínimas para los vehículos catalogados como servicio público, tales como ambulancias, patrulleros y bomberos. Esta vez, los taxistas y remiseros, no estuvieron comprendidos en la categoría de servicio público, a pesar de haber realizado gestiones ante las autoridades de Servicios Públicos y el sindicato de garagistas para que les llenen el tanque, y de esta manera fueron los más afectados por la medida de fuerza llevada adelante por el paro de los empleados de estaciones de servicio.

Mario Cesca, titular de los taxistas independientes, advertía en declaraciones radiales, la situación que se vivió más tarde con los taxis en la ciudad por la falta de combustible. Cesca indicó que "estuvimos funcionando a nafta hasta que se nos terminó. Algunos vehículos llegaron hasta las 6 de la tarde y después tuvieron que dejar de trabajar".

Por este motivo, se vieron pocos coches de alquiler por las calles de la ciudad. Teniendo en cuenta que la mayoría de ellos trabaja con GNC, y que pocas veces lo pasan a nafta, con el consiguiente deterioro que sufren las mangueras por la falta de uso, muchos taxistas guardaron el vehículo una vez que el tanque de gas se vació por completo.

Una situación similar se vivió en la ciudad de Santa Fe, donde el acatamiento al paro fue total. Las estaciones de servicio permanecieron cerradas durante todo el día y se sintió la ausencia de taxis. Como sucedió en Rosario, en la capital hubo inconvenientes con una estación -la de Boulevard Gálvez y 25 de Mayo- cuyos dueños obligaron a sus empleados a trabajar. Enterados del asunto, integrantes del sindicato se hicieron presentes y lograron que lo cerraran.