Un vendedor de churros de alrededor de 53 años y padre de 10 hijos fue asesinado ayer a la mañana por hombres que le robaron la bicicleta en el barrio Bella Vista, al oeste de la ciudad. Horas después y tras un breve tiroteo la policía logró detener a tres jóvenes, a quienes los habría encontrado con la bicicleta de la víctima. Uno de ellos sería el homicida, quien le disparó a la víctima con una escopeta "tumbera" calibre 32.

El crimen ocurrió a la 9.15 en una villa de emergencia ubicada en La Paz y Gutemberg, en circunstancias que la víctima se desplazaba en su rodado vendiendo churros. El hombre, identificado como Jorge Acosta, fue interceptado por dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, que le exigieron que les entregara la bicicleta. Acosta se resistió al robo, por lo que uno de los delincuentes le efectuó un disparo que lo alcanzó en el tórax, mientras el otro lo hería con un arma blanca aplicándole puntazos en la zona baja del cuerpo y en los brazos. El churrero cayó ya sin vida en una zanja. Los agresores escaparon internándose por los pasillos de la villa, donde consiguieron desaparecer con la bicicleta del trabajador.

Pero alrededor del mediodía, un grupo de policías mantuvo un breve intercambio de disparos con tres jóvenes en un asentamiento de Rueda y Pascual Rosas. Los efectivos lograron detener a los tres jóvenes, a quienes les secuestro una bicicleta que sería la de la víctima. Uno de los malvivientes resultó herido y fue internado en observación con pronóstico reservado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Se trata de Mario Vera, de 26 años, quién sería el autor del disparo que terminó con la vida del vendedor. Vera fue condenado por robo calificado y estuvo preso hasta hace unos veinte días en la comisaría 13ª, pero salió con permiso judicial y no regresó. La policía secuestró la bicicleta de la víctima, un revólver calibre 22 y la escopeta de fabricación casera.