De todos los proyectos que hoy desarrolla en el Centro de Distrito Oeste, el que más entusiasma a su directora Susana Bartolomé es el que apunta a resolver el problema de la basura. "Miramos las particularidades del distrito oeste en relación al problema, para buscar una solución creativa, que rompa la persecución con la gente que trabaja con los desechos en el barrio y podamos trabajar en conjunto respetando su trabajo y a la vez, involucrándolos en la solución", sintetiza la funcionaria sobre la experiencia que están desarrollando, y que comenzó con un relevamiento para tener un conocimiento exacto de la realidad.

Vieron que el 50 por ciento de los basurales eran provocados por personas que van en auto a tirar sus desechos, o empresas que los llevan allí para no pagar el relleno sanitario, así como changarines. Mientras tanto, hay 500 familias que viven de la basura en la zona, y el 80 por ciento cirujea en el mismo distrito. La pregunta que realizó Bartolomé fue qué pasaría si todas esas personas, en lugar de trabajar de manera inorgánica, para malvender lo que junta a intermediarios, pudieran organizarse en una empresa social. Así, comenzó experiencias en Santa Lucía y Villa Banana, que ahora se ampliarán a La Lagunita. "Le ponemos una mirada social a la solución del problema de la basura, para encontrar soluciones que sean apropiadas por la gente", sintetizó Bartolmé.

No es el único proyecto original del distrito oeste, que se aprobó en el presupuesto participativo luego de una experiencia real de participación popular. Todos los sábados, alrededor de 150 jóvenes se forman como animadores sociales. "La idea es trabajar sobre participación, sobre democracia, en el saber que no están solos", explicó la funcionaria. Los temas son los que ellos mismos plantean: sexualidad, adicción, hiv sida y embarazo adolescente, entre otros.

Otro iniciativa del distrito ofrece es la capacitación en informática para mil jóvenes. "La propuesta que nació en el presupuesto participativo a partir de mejorar las condiciones de búsqueda de empleo para la gente del barrio", afirmó Bartolomé. Además de conseguir las computadoras personales, se capacitó a jóvenes del barrio a través del Nodo Tau, para que puedan ser ellos mismos los que enseñen. Hoy, el 80 por ciento de la población que asiste es femenina, el 40 por ciento de entre 14 y 25 años, el 50 por ciento entre 25 y 40 años y el 10 por ciento mayores de esa edad.