Las buenas y creíbles historias conocidas sobre personas que encontraron a su media naranja en el chat, sufrieron ayer un duro revés cuando se conoció la noticia que involucró a un muchacho de Rosario, quien entusiasmado por conocer a un futuro amor, después de contactarse durante un mes por intermedio de la mensajería instantánea, pudo al fin concretar una cita, en un departamento ubicado en la zona céntrica de la ciudad. Pero una vez que la pareja ingresaba a uno de los dormitorios de la vivienda, apareció otro hombre que le propinó una feroz paliza al joven. Además de agredirlo, al muchacho le sustrajeron una importante suma de dinero. A contramano de lo que podía suponerse, el joven engañado decidió contar de inmediato su historia en la seccional 2ª. Finalmente, y después de realizar las investigaciones pertinentes, personal policial detuvo en su domicilio a la muchacha de 20 años. Luego, dieron con su cómplice, un hombre de 24 años, autor material de la golpiza. Los emabaucadores quedaron detenidos a disposición de la justicia, imputados de privación ilegítima de la libertad, amenazas coactivas y lesiones.

Alberto F., un joven de 25 años, llevaba varios días intentando conocer personalmente a María, una chica con la que conversaba a través del chat, una práctica bastante habitual en tiempos tecnológicos, y que les permite a personalidades con problemas de comunicación y timidez, establecer algún tipo de contacto con otras personas.

Mientras las expectativas iban en aumento, el joven al fin pudo conocer personalmente a la muchacha, quien le propuso establecer el ansiado encuentro en su domicilio. Fue entonces que Alberto llegó entusiasmado hasta el edificio de Zeballos al 1400 y se dirigió al séptimo piso, donde finalmente fue recibido por María, una hermosa chica oriunda de Misiones.

La versión policial indica que en el momento en que Alberto y María estaban en pleno juego amoroso, apareció en escena Federico U, un corpulento muchacho de 24 años, quien comenzó a insultar al muchacho. No conforme con los agravios verbales, el cómplice de la chica golpeó a Alberto.

Sergio Coronel, de la comisaría 2ª manifestó que a Alberto "le sustraen elementos personales, dinero en efectivo, sus documentos, la billetera, los anteojos, para luego expulsarlo en forma agresiva de ese domicilio". El encuentro terminó siendo un terrible engaño.

A pesar que intentó escapar, el muchacho tuvo que dejar en el departamento 300 pesos, 500 dólares, su teléfono celular y un par de anteojos. Mientras era empujado hacia la calle por la pareja de estafadores, el agresor le recomendó que por nada del mundo hiciera la denuncia porque "la iba a pasar muy mal".

Haciendo caso omiso a las amenazas, el muchacho engañado se dirigió sin dudar hasta la comisaría para radicar la denuncia correspondiente. Los investigadores, con la orden de allanamiento dictada por la justicia, fueron hasta el departamento, lograron ubicar a la joven impostora y encontraron algunas de las pertenencias de Alberto.

Unas horas más tarde, y con los datos precisos, los policías detuvieron al cómplice de María en su domicilio, ubicado en el Pasaje Manuel Molina al 5200, donde finalmente hallaron el dinero que le habían robado al muchacho.