Unas 900 familias de Nuevo Alberdi reclamarán mañana ante el gobierno municipal, provincial y nacional una indemnización por los daños causados en sus viviendas tras el desborde del canal Ibarlucea. Encabezados por el padre Daniel Siñerys, junto a organizaciones barriales como Giros y el defensor del Pueblo Carlos Bermúdez, exigirán un resarcimiento por las pérdidas económicas causadas por el avance de las aguas que abarcan desde electrodomésticos dañados, pasando por los inmueble hasta las herramientas de producción. "Ya tenemos 850 planillas que se presentarán con documentación que prueba que el Estado en sus distintos niveles, había planificado obras que no se construyeron en tiempo y en forma. Asi que ahora los vecinos reclaman que se paguen los daños causados por la falta de esas obras. La responsabilidad es ineludible", sentenció Siñerys.

Según explicó el sacerdote, que es responsable de la capilla San Joaquín y Santa Ana, enclavada en el corazón de Nuevo Alberdi Oeste, todo comenzó cuando el gobierno provincial anunció el envío de fondos a Rosario. "Ese día la gente vino a la capilla a anotarse para un subsidio, lo que nos tomó de sorpresa. Asi que planteamos con la gente de Giros y del Centro de Salud municipal Salvador Mazza, con quien nos reunimos permanentemente, que esto no debía ser un subsidio sino una indemnización por la responsabilidad del Estado de haber hecho las obras tal como estaba planificado y ordenado".

En este sentido Siñerys aseguró que "tenemos documentos que nos respaldan, que marcan claramente que el Estado no cumplió su función de canalizar y dragar los canales Salvat e Ibarlucea, asi que este daño se produjo por la falta de los compromisos asumidos, en un tema que no es nuevo ya que la primera inundación la tuvimos en 1986 y la segunda en 1996. Es decir que en dos décadas no hubo obras concretas para evitar los desbordes, y así el barrio de Nuevo Alberdi se convirtió en un virtual dique de contención, o mejor dicho un gran el lecho donde se escurrían las aguas que trae el Ibarlucea, que de ese modo no llegan al arroyo Ludueña, donde podrían haber causado un desastre", remarcó.

El sacerdote explicó que van a plantearle al Estado municipal en primer término, y luego al provincial y finalmente al nacional un reclamo administrativo en forma conjunta con el defensor del Pueblo de Santa Fe Carlos Bermúdez, mañana a las 9 en la mesa de entradas del Palacio de los Leones.

"Concretamente vamos a presentar una planilla por cada una de las familias afectadas que en su gran mayoría están confeccionadas con los datos personales y las afecciones que tuvieron como la altura a la que llegó el agua en el interior de las casas, los daños que esto provocó a la estructura de la construcción, así como muebles, electrodomésticos afectas, la ropa que resultó dañada, además de camas, colchones, herramientas, y en muchos casos animales, e incluso las producción tal como algunos hornos de ladrillos que existen el barrio y quedaron bajo el agua".

Sin embargo el padre Siñerys reconoció que el último martes propio intendente Miguel Lifschitz estuvo recorriendo el barrio para interiorizarse de las necesidades de obras para evitar al repetición de estos desbordes, así como los reclamos de esta populosa barriada. Y destacó que en este marco los ladrilleros le presentaron fotos y documentos que prueban el nivel de impacto que produjeron las aguas en sus producciones.

Luego de esta recorrida el municipio envío en la tarde de ayer a recorrer a cada de una de estas familias -conocidas como "horneros"- al subsecretario de Economía Solidaria Omar Isern, para comenzar a trabajar juntos y recuperar la producción de ladrillos.