Sáb 12.05.2007
rosario

CIUDAD

Un kit para que los consumidores de drogas lo hagan saludablemente

Bajo la lógica de la reducción de daños, dos Ong rosarinas distribuyen una bolsita para el consumo responsable de cocaína.

› Por Sonia Tessa

"Ni faloperos ni drogadictos, ciudadanos", es el lema que el Programa de Reducción de Daños en Usuarios de Drogas ideó en su campaña para mejorar el acceso de los usuarios de drogas al sistema de salud. "Por una ciudad respetuosa de todas las diferencias", es la idea que subyace al rechazar el estigma de "adicto" que con tanta liviandad se aplica a cualquier usuario de drogas ilegales. En la misma línea de trabajo que sostienen desde hace 13 años, el Centro de Estudios Avanzados en Drogodependencias y Sida (CEADS) y la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA) lanzaron esta semana en Rosario el sniff kits, una bolsita que contiene un canuto estéril para la inhalación de cocaína y ketamina. "Es un material de uso restringido y distribución absolutamente focalizada a la población específica según su consumo", dicen desde el CEADS, dentro de las conclusiones de un relevamiento entre usuarios. "Este material se evidencia necesario para la población estudiada dada la baja percepción de riesgos y la alta frecuencia del uso compartido del material", agregan.

La experiencia es inédita en la Argentina, y llevada adelante por el mismo grupo que a fines de los años 90 distribuyó kits de inyección, siempre desde la perspectiva de los derechos de ciudadanía de los usuarios de drogas. "El argumento fuerte a favor de la reducción de daños es que si realmente nos preocupa la salud de las personas que no pueden o no quieren dejar de consumir drogas tenemos que lograr que no se mueran víctimas de enfermedades transmisibles o por el gatillo fácil", explicó Silvia Inchaurraga, directora del CEADS y presidenta de ARDA.

Es que según el relevamiento realizado entre usuarios de drogas en la ciudad de Rosario, el 80 por ciento comparte el canuto para inhalar cocaína o ketamina (una sustancia de uso veterinario que se utiliza como sucedáneo del extásis, por ser mucho más barato). Y en muchos casos, estos canutos se realizan con material tan accesible como papel. "La intención es instalar en esta población la percepción de riesgos, y la conducta saludable", indicó Inchaurraga, quien puntualizó: "Esta acción preventiva está dirigida a evitar riesgos de transmisión de VIH y de hepatitis, que si bien no son muy altos, existen en tanto hay presencia de sangre".

El estudio realizado entre usuarios demuestra que "los adolescentes optan por la inhalación de poxi y fumar marihuana, mientras a partir de los 15 años comienza un consumo más variado entre cocaína, hongos y psicofármacos. Sólo el 20 por ciento consume cocaína solamente". Según el estudio, "el 36 por ciento utiliza lo primero que tienen a su alcance para aspirar, papel, monedas o tubos vacíos de biromes".

Este estudio es parte de un amplio trabajo de campo que el Programa de Reducción de Daños realiza en los distintos barrios de la ciudad, destinados a la población consumidora de drogas más vulnerable. "La población en contexto de pobreza es la que corre más riesgos, tanto en términos del cuidado de su salud como, sobre todo, en las posibilidades de ser selectivizado por el sistema penal para sufrir penas por su consumo", indicó al respecto Inchaurraga.

Es que la guerra contra las drogas se convirtió, desde hace mucho, en la guerra contra sus usuarios. Desde CEADS rechazan la denominación indistinta de adictos. "Esa es una definición que se da solamente en un contexto terapéutico, a través de la evaluación de los agentes de salud que tratan al usuario de drogas. Porque la adicción tiene que ver con el sujeto, preferimos hablar de usuarios de drogas, ya que es una definición que abarca tanto a quienes hacen uso como abuso de estas sustancias que son ilegales", definió la psicóloga que está a cargo del CEADS.

Es que la penalización del consumo ﷓según Inchaurraga﷓ es "un negocio". "Hay sectores que se enriquecen con esta política, ya sea desde las comunidades terapéuticas, donde se avasallan los derechos individuales en nombre de la obligatoriedad del tratamiento dispuesto por el Estado, como los distintos sectores de la corrupción policial", indicó la profesional, que esta semana participará de la Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños que se desarrollará en Polonia.

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