CIUDAD
Lo dijo la directora de la escuela Servando Bayo, en riesgo de desalojo, al enterarse de que estaba el depósito para comprar la escuela. Ahora, el problema es la Gurruchaga.
› Por Claudio Socolsky
Las dificultades que tiene la provincia para pagar los alquileres de los inmuebles donde funcionan establecimientos educativos, que cobraron notoriedad por el caso de la Escuela Técnica Nº 628 Servando Bayo, a punto de ser desalojada por alquileres adeudados, y que ayer finalmente logró evitarlo al hacerse efectivo el depósito en la cuenta de la Corte Suprema de Justicia; vivió otra instancia polémica, al conocerse la decisión de las autoridades ministeriales de mudar la escuela Francisco de Gurruchaga, de Salta y Crespo, porque no están dispuestos a pagar los 9.200 pesos mensuales que los propietarios exigen en concepto de alquiler. El subsecretario de Coordinación Técnica y Administrativa del ministerio de Educación, Cristian Kuverling, dijo que la provincia "no puede pagar esa cifra de ninguna manera, es un aumento del 200 por ciento y hay que entender que se trata de fondos públicos no podemos hacer una modificación del presupuesto y pagar esa suma". La Gurruchaga podría mudarse, previo acondicionamiento, al predio que pertenecía al bazar Erquicia, en la esquina de Cafferata y Urquiza.
Kuverling recordó que "en noviembre del año pasado se venció el contrato de alquiler del inmueble donde funciona la escuela Gurruchaga. Para renovarlo los propietarios pretendieron cobrar con un 260 por ciento de aumento. La provincia pidió que se reviera esta pretensión, y que cobraran un alquiler más bajo, pero los dueños ya contestaron por escrito que no están dispuestos a hacerlo, algo que consta en el expediente".
Humberto Cancela, delegado zonal del ministerio de Educación manifestó que tienen problemas con otros alquileres porque "los propietarios a veces pretenden duplicar la suma que venían cobrando por el boom inmobiliario que ha tenido Rosario. Pero necesitamos la autorización del ministerio de Hacienda para liberar una partida que no estaba en presupuesto".
En horas de la tarde, Rosario/12 pudo presenciar el momento exacto cuando la directora de la escuela Servando Bayo, Elida Menéndez, confirmaba con una llamada telefónica la noticia del depósito que alejaba el fantasma del temido desalojo. "La escuela es nuestra", dijo visiblemente emocionada Menéndez -con 39 grados de fiebre y una otitis avanzada- mientras sus compañeras se sumaban al improvisado festejo. "La verdad que hemos bailado en el patio. Esto, para nosotros, es una alegría", manifestó la directora, quien luego pidió comprar "chupetines para todos los chicos" así podían dar paso a la celebración por la buena noticia.
La comunidad educativa de la Servando Bayo se preparaba para resistir el desalojo, que estaba previsto para hoy por la mañana, con una asamblea organizada por los padres de los alumnos que concurren al establecimiento de dos plantas, ubicado en Salta 1325. Pero la buena noticia llegó a través del teléfono y la angustia por el traslado pasó a ser historia.
"Terminamos de confirmarlo con el señor Cancela, con el juez y con el abogado del propietario. Ahora está confirmado y por fin la escuela va a tener su lugar", dijo Menéndez, quien agregó que "cifras exactas no me dieron, pero son más o menos 970 mil pesos. De todas maneras, lo importante es que por fin tenemos la escuela". La directora explicó además que "el depósito es sólo por el valor de la expropiación. Supongo que la causa por los alquileres caídos va a continuar".
Las complicaciones que tiene la provincia para pagar los alquileres de las escuelas fue otro de los temas tratados con la directora de la Servando Bayo. "Toda la vida pensé que en lugar de gastar el Estado en pagar alquileres podría llegar a pensar en la compra de los inmuebles. Imagínese que la deuda nuestra llega casi al valor de la propiedad. Ahora estamos muy contentos porque vamos a poder empezar a pedir cosas; porque generalmente a un lugar alquilado no le otorgan subsidios; era todo a pulmón", precisó Menéndez.
Mudar una escuela, como va a suceder con la Gurruchaga es un trastorno. Menéndez indicó que "los traslados no los queremos porque ya lo vivimos acá en la escuela. Cuando nos trasladamos en el año 82, desde calle Córdoba, frente a la Plaza Pringles, perdimos mucho. Perdimos alumnado, enseres; era una escuela muy bonita que llegó a tener más de dos mil alumnos".
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