"Lo que están haciendo es una atrocidad, y posiblemente lo hacen porque quieren quedarse con el hospital, pero les va a costar mucho; porque no lo vamos a entregar tan fácilmente, y la justicia nos va a ayudar", dijo a Rosario/12 el arquitecto Antonio Malgeri, miembro del Comitato degli Italiani all`Estero (Comites), un Ente Autárquico del gobierno italiano, para tratar de explicar cómo el Hospital Italiano Garibaldi, uno de los orgullos de la comunidad italiana en Rosario, fundado el 20 de setiembre de 1881, se encuentra en una gravísima situación de crisis, que llevaron a dos socios a presentar una medida cautelar para que se investiguen las actuaciones del actual consejo de administración, que acumula desmanejos al por mayor y lo puso al borde la quiebra. Con una deuda millonaria en la Afip, salarios y aguinaldos adeudados, y un pasivo de 45 millones de pesos, uno de los pocos hospitales de beneficencia que resistieron la privatización puso en manos de la justicia el contralor de la entidad para que la gerencia rinda cuentas a sus asociados. Además, se giró un oficio a la secretaría de Trabajo para que informe sobre las graves irregularidades del hospital. En este sentido, y para tener una idea de las millonarias deudas que acumuló el Hospital Italiano, en apenas dos sumarios por infracciones cometidas, las multas superan los 500 mil pesos.

La del Hospital Italiano Garibaldi de Rosario, en las últimas dos décadas, es una historia atravesada por confianzas traicionadas y amistades perdidas. Servicios tercerizados, cuentas que no se rinden, una prepaga que pasó de tener cerca de 40 mil socios y que hoy no llega a 7 mil, pasando por un Instituto Universitario -que tiene 500 alumnos en sus carreras de medicina y enfermería, y que pagan una cuota de 800 pesos mensuales- pero que no puede entregar títulos porque funciona con un permiso provisorio, y el afán de grupos empresarios que esperan agazapados para quedarse con el hospital, conforman el injusto presente de un efector modelo, que por ser una Asociación Civil, suma problemas e inconvenientes que no difieren demasiado de los que se viven en los clubes de fútbol de la ciudad.

A medida que va comentando los problemas del hospital, se nota que a Malgeri le corre sangre italiana en las venas, que debe hacer un gran esfuerzo para guardarse los insultos cuando se refiere a los miembros de la actual administración. "Esta gente barrió con todo. Hoy no tienen sábanas, cobijas, no tienen algodón, no tienen nada. Un hospital que lo hicieron los gringos, que vinieron con una mano atrás y otra adelante, hace más de 130 años, está en una situación lamentable", dice indignado uno de los cuatro miembros ejecutivos del Comites.

Malgeri precisó que desde hace un tiempo "buscamos la forma de parar la crisis. Levanté actas con escribanos, mandé cartas documentos. Tres años atrás, nos presentamos a elecciones con una lista Renovación y las ganamos. Pero los actuales administradores, que se presentaron fuera de término, se denunciaron mutuamente, embarraron la cancha, y la justicia determinó finalmente que se formara una lista de unidad. Pero los que estaban en nuestra lista empezaron a renunciar, porque les hacían la vida imposible; y por lo tanto, los que perdieron, se quedaron con el hospital".

Según Malgeri, "la preocupación del Comites llega porque, además de conocer sobre la situación económica y financiera, los empleados se autoconvocan y solicitan firmas para la intervención del hospital -inclusive llevaron el petitorio a la Embajada italiana- y además un grupo de médicos, ante los desmanejos, pidieron la renuncia de sus pares que integran el Consejo Directivo".

Los socios pidieron el aseguramiento de pruebas y la causa ingresó en el Juzgado Civil y Comercial Nº18, que de inmediato solicitó un informe a la secretaría de Trabajo, que en los próximos días brindará un detalle sobre las multas y sanciones que tuvo el hospital desde principios del 2003.

De todas maneras, este diario tuvo acceso al informe de dos sumarios. Uno, el 0490/04, que tiene una multa de $362.000; y otro, el 0303/05, con una multa de $240.000. Además, los empleados que se autoconvocaron, denunciaron que desde hace varios años les descuentan los aportes del sueldo pero no los hacen efectivos, y la deuda en la Afip superaría los seis millones de dólares.

A pesar de las desmentidas del titular del nosocomio, el doctor Alberto Lotero, quien desautorizó todos y cada uno de los cuestionamientos realizados por los empleados y médicos autoconvocados, a quienes Lotero les endilgó que no cuentan con "ningún tipo de representatividad", el objetivo del Comites está centrado en la rendición de cuentas y el contralor judicial.