Los manifestantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) ratificaron ayer la toma de la Plaza San Martín, luego de una reunión mantenida con autoridades de la Secretaría de Promoción Comunitaria, que no arrojó resultados positivos. "No vemos que haya voluntad de resolver esta situación, se los ve más preocupados por las elecciones de septiembre que por los problemas que hay en los barrios", manifestó el referente del movimiento, Eduardo Delmonte, momentos después de finalizado el encuentro en un bar céntrico. Delmonte explicó que el subsecretario de Promoción Comunitaria, Alejandro Goldberg, les ofreció duplicar la entrega de cajas alimenticias, que en la actualidad es de 500 mensuales, y anunció la entrega de 50 pesos en efectivo por familia para la compra de garrafas.

Por su parte, Goldberg, expresó que "esto no es algo que se resuelva de un momento para el otro" y se mostró confiado en que "los manifestantes discutan nuestra propuesta con el resto de la gente que está en la plaza". En tanto, mientras un grupo de manifestantes pidió la mediación del Arzobispado de Rosario, la jueza de Faltas Liliana Puccio solicitó una serie de actuaciones para poder evaluar la situación. Una vez que tenga un panorama completo, dijeron fuentes judiciales, si considera que hay delito enviará nuevamente la causa al fuero Correccional y si cree que se viola el Código de Faltas evaluará si corresponde desalojar.

-¿Cuál es la propuesta que les han acercado?- preguntó ayer Rosario/12 al dirigente de la CCC, Eduardo Delmonte.

-La propuesta que nos han hecho no ha variado desde el jueves pasado, y no contempla la persistencia de la plaza de estos días. Parece que el gobierno provincial no ha evaluado que hay dos mil personas instaladas, pasando la noche a la intemperie, sin baños, en forma precaria, en las peores condiciones, aguantando para ver que respuesta obtienen. Ellos tendrían que tomar nota que lo que pasa en la plaza no tiene que ver con una organización sino con una realidad para tener en cuenta: en los barrios hay gente que no está acá porque no está organizada, pero que tiene la misma realidad. Entre todos suman hoy unas 100 mil personas en Rosario, de las que tiene que hacerse cargo. Son personas, y no plata como han tratado de plantear, han puesto el centro en este tema, y ven esta protesta como algo que le se puede empañar la competencia electoral.

-Un punto del petitorio que ha levantado polémica es el pedido de 200 mil pesos para las familias que protestan....

-Me pregunto por qué para muchos los pobres no tienen derecho a recibir plata. Hay preocupación por la plata cuando tiene que llegar abajo, a la gente pero no hay preocupación cuando hay que dar subsidios a la General Motors o a los puertos privados de la provincia que se llevan siete mil millones de dólares, o lo que se pierde de recaudar por el impuesto inmobiliario que están congelados hace años. En estos temas no hay discusión, el problema es cuando el pobre pide cien pesos y no comprenden que hay mucha gente que cobra 150 pesos por un plan de empleo que esta congelado hace años, y hay otros tantos que ni siquiera tiene esos 150 pesos".

-Cómo está planteada la negociación y las posturas, el conflicto parece de difícil resolución.

-No es difícil, pero va a ser duro. Por eso nos hemos preparado para extenderlo en el tiempo. Eso si es pacífico, y entendemos que la justicia del planteo está dada por la persistencia en el tiempo y la masividad del reclamo que después de una semana no ha decaído. Y este es otro punto: nadie puede fabricar un conflicto así, esto es real y tiene base real, no es fruto de una organización sino el fruto de una masa de miles de personas. Esta es una respuesta elaborada por quienes han luchado, y que representa el mismo hambre que tienen otros tantos que se han quedado en sus casas.

-¿Por dónde pasa la solución entonces?

-Queremos un plan de viviendas para construirlas nosotros mismos, que dure tres años, y pensamos que la juventud sea a que trabaje para tener un instrumento real para abordar la problemática de los jóvenes bombardeados por la droga y empujados a delinquir.