La irrupción de los barras en la vida democrática de Central está bajo la lupa de los interventores, quienes intentan devaluar su poder de influencia en el club. En procura de ello, días atrás se suspendió al empleado Pablo García, señalado por algunas de las agrupaciones como el responsable de haber emitido los recibos de cuotas societarias del mes de setiembre a los barrabravas del club. Al ser interrogado por los interventores, García adujo que fue "apretado" por los barras, dando detalles de la maniobra. De acuerdo a su testimonio, los barras lo visitaban en su domicilio para requerirle la documentación. Y en la tercera oportunidad que le tocaron el timbre, su señora fue amenazada, lo que llevó a García a sacar de la sede del club alrededor de 400 recibos.

Aún no está determinado si los barras le pagaron al empleado infiel las cuotas. En el libro contable se encontró el asiento pertinente, pero ello no significa necesariamente que el dinero llegó a caja. Sólo pudo ser comprobado el pago de 3092 pesos, suma que es muy inferior a la necesaria para solventar la cantidad de cuotas que entregó García a los barras. Y para echar más luz sobre el protagonismo de los violentos en los comicios, desde mañana comenzarán a cotejarse los avales presentados por las tres agrupaciones con el listado de los 800 socios que tiempo atrás se pusieron al día con el club cuando uno de los líderes de la hinchada pagó en efectivo 20 mil pesos.